Urge la intervención de César Domínguez

El periférico de la zona norponiente de San Cristóbal de Las Casas se ha convertido en un gran dolor de cabeza para los automovilistas que tienen la necesidad de circular por esa vía, sin que las autoridades de tránsito municipal hagan algo para solucionar el problema.

De por sí, esa arteria ya era un caos, pero a partir de que hace ya algún tiempo comenzaron a transitar muchas combis de pasaje público que viajan hasta el sur de la ciudad, la situación se ha vuelto insoportable, sobre todo en las horas pico.

El director de Tránsito y Vialidad, César Domínguez Gutiérrez, debería hacer algo para poner en cintura a los conductores de esas unidades porque impunemente se paran donde se les da la gana o van a paso de tortuga sin que les importe las grandes filas que se forman atrás de ellos.

Cuando alguien les reclama que se apuren, los conductores, muchas veces jóvenes de baja escolaridad, contestan indignados como un favor se les estuviera pidiendo y no exigiendo un derecho de que no obstaculicen la circulación.

“Pasa por arriba”, “compra tu avión”, “compra tu carretera”, contestan ya casi retando a quien les reclama su actitud prepotente, cuando se les hace ver que tienen espacio para apartarse y permitir que los demás vehículos los rebasen, pero no lo hacen por puro capricho. Y esto es a todas horas del día.

La situación se puso aún peor, si es que ello fuera posible a partir de que hace unas semanas fue abierta una tienda departamental importante en la zona, ya que se incrementó la circulación de vehículos.

De por sí ya estaba difícil la situación porque en esa área se ubica el mercado de la zona norte y entran y salen unidades, además de que dos enormes topes colocados por habitantes indígenas de la zona, complicaron todavía más la circulación. Y por si no fuera suficiente, es la ruta de salida y entrada de los vehículos particulares y de transporte público que vienen de Chamula, Chenalhó, Pantelhó, Larráinzar, El Bosque, Zinacantán y otros.

¿Qué tiene que hacer César Domínguez Gutiérrez? Poner orden. Nada más. Que llame a los dueños de las concesiones en caso de que las tengan, porque algunas unidades son piratas, según han denunciado los transportistas concesionados, y les digan que cumplan con el reglamento correspondiente. La autoridad tiene la obligación de regular la velocidad, hacia arriba y hacia abajo, para que no se entorpezca el tráfico vehicular.

Otra cosa que debe de hacer es establecer paradas para que las combis no vayan deteniéndose cada cinco metros porque eso también genera lentitud en el tránsito. Si las paradas se fijan cada cien metros por ejemplo, se podría poner un poco más de orden.

Mientras las cosas sigan como están -y no sólo es esa ruta, pero esa es una de las más críticas- esta ciudad seguirá siendo de cuarta en cuanto a este tema, y a otros, desde luego.

En las ciudades importantes y ordenadas, las paradas se fijan cada determinada distancia y los pasajeros ya saben dónde abordar y descender. Claro, la autoridad tiene que hacer que los conductores respeten las paradas, porque si no, de nada sirven.

Lo que pasa en San Cristóbal, y otras ciudades, es que los transportistas tienen más poder que las autoridades mismas y pasan sobre ellas por medio de presiones. Ya es tiempo de que se haga respetar la ley y se ponga en cintura a quienes quieren hacer lo que se les da la gana como los conductores de las combis que transitan por el periférico norte poniente y sur.

En este último tramo no hay tanto problema porque el tráfico es menos intenso, pero en la zona norponiente es un verdadero caos, que podría provocar enfrentamientos o pleitos entre los conductores de las combis del servicio público de pasaje y algunos particulares.

Lo que muchos hacen es evitar esa arteria y transitan por las colonias Patria Nueva, Erasto Urbina y otras, pero resulta que muchas de las calles están llenas de hoyos y a veces sale peor esquivarlos, porque el ayuntamiento no ha mandado a componer los baches. Así que los automovilistas no tienen muchas opciones.

Una de las salidas sería revivir el proyecto del exgobernador Juan Sabines Guerrero de construir dos carriles más, pero cada vez está más difícil porque las construcciones a la orilla de la calle son más y más grandes.

El problema no es sólo para los automovilistas sino para los peatones porque no hay banquetas para que caminen, lo que ocasionan riesgos para su integridad física.

Ojalá que César Domínguez en verdad haga algo para solucionar el problema y se presente al ayuntamiento un plan para mejorar la circulación en la zona mencionada y para proteger a los peatones.

Picotazos

Desde el pasado 31 de mayo terminaron su período los consejeros del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), Manuel Jiménez Dorantes, Laura León Carballo y Walter Díaz García, quienes hicieron un buen trabajo. Les tocaron las elecciones del año pasado y en general rindieron buenas cuentas junto con su presidente Oswaldo Chacón Rojas. En su lugar entraron Magdalena Vila Domínguez, Sophia Martínez de Castro y Edmundo Henríquez, quien tiene amplia experiencia en temas electores, ya que durante muchos años trabajo en el ahora desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE) y en su sucesor, el actual INE. Con la salida de Manuel, quien ya se reincorporó a dar clases en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), con sede en San Cristóbal, Oswaldo pierde a quien durante tres años fue una especie de brazo derecho, pero los alumnos ganan a un buen maestro. Fin.