La Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de la administración de Donald Trump al restringir el poder de los tribunales menores para bloquear de forma nacional su intento de limitar la ciudadanía por derecho de nacimiento. La jueza Amy Coney Barrett, en nombre de la mayoría conservadora, argumentó que las órdenes judiciales deben ser proporcionales y no exceder su alcance, mientras que las cortes inferiores deberán ahora reevaluar rápidamente la amplitud de las medidas cautelares existentes. La decisión representa un triunfo judicial clave para el expresidente, quien celebró el fallo como una "¡GRAN VICTORIA!" en su red Truth Social.
El fallo ha sido duramente criticado por los magistrados liberales, como Ketanji Brown Jackson y Sonia Sotomayor, quienes advirtieron sobre los riesgos al estado de derecho. Sotomayor incluso afirmó que ningún derecho estaría a salvo bajo esta nueva lógica jurídica. Aunque la política contra la ciudadanía por nacimiento aún está bloqueada en algunos estados, como New Hampshire, el fallo permite que avance parcialmente en otros territorios. Los demandantes aún pueden presentar nuevas impugnaciones o solicitar medidas judiciales más limitadas.
