En un gesto inesperado, el papa Francisco, aún convaleciente por una infección respiratoria, apareció este jueves en la basílica de San Pedro para observar de cerca los avances en la restauración de la zona de la Cátedra. El pontífice descendió al templo tras la misa del mediodía para saludar a los restauradores que aún afinaban detalles antes de la presentación oficial de las obras, programada para mañana. Francisco elogió el trabajo realizado y conversó con dos restauradores, quienes se mostraron emocionados por la visita.
Después de expresar su agradecimiento, el papa se detuvo a rezar ante la tumba de san Pío X. Según la agencia ANSA, también preguntó cómo se vive el ambiente en la basílica en estos días, especialmente con el aumento de fieles y visitantes debido al Jubileo. Su presencia fue recibida con calidez por quienes trabajan en el lugar, destacando su cercanía y atención, incluso en momentos de salud delicada.