La primera jornada del cónclave en el Vaticano concluyó sin la elección de un nuevo pontífice. A las 21:01 horas del miércoles, la chimenea de la Capilla Sixtina emitió humo negro, señal inequívoca de que los 133 cardenales electores no lograron alcanzar los dos tercios necesarios, es decir, al menos 89 votos, para designar al sucesor del Papa Francisco. Aunque la votación comenzó a las 17:38 y se prolongó por más de tres horas, solo se realizó una ronda, algo común dada la dificultad histórica de lograr un consenso inmediato.
Se espera que este jueves se realicen hasta cuatro nuevas votaciones, dos en la mañana y dos por la tarde, en busca de un consenso que permita nombrar al nuevo líder de la Iglesia Católica. El proceso del cónclave se lleva a cabo bajo estrictas normas de confidencialidad, y la única señal externa sobre su progreso es la fumata: negra si no hay elección, blanca cuando se ha elegido al nuevo Papa.