Con el fallecimiento del papa Francisco este lunes, comienza el periodo conocido como Sede Vacante, el tiempo entre la muerte de un pontífice y la elección de su sucesor. Durante este interregno, es el cardenal camarlengo quien se encarga de administrar los asuntos cotidianos del Vaticano. Actualmente, ese papel recae en el cardenal irlandés Kevin Joseph Farrell, de 77 años, quien fue nombrado por el propio Francisco en 2019. Aunque Farrell tiene funciones importantes, sus poderes están limitados y no puede tomar decisiones que afecten a largo plazo a la Iglesia.
Entre sus responsabilidades están la confirmación de la muerte del papa, la toma simbólica de las propiedades papales y la organización del funeral y del cónclave. El camarlengo convoca a los cardenales para decidir detalles como la fecha del entierro y las ceremonias de luto, que deben durar nueve días. En este caso, Francisco pidió ser enterrado en la basílica de Santa María Mayor de Roma, fuera del Vaticano. El cónclave para elegir al nuevo papa deberá iniciarse entre 15 y 20 días después del fallecimiento del sumo pontífice.