Myanmar inició una semana de duelo tras el terremoto que devastó el país y dejó más de dos mil muertos. La junta militar ordenó que las banderas ondeen a media asta hasta el 6 de abril y convocó a un minuto de silencio en honor a las víctimas. Mientras tanto, las labores de rescate se ralentizan en Mandalay, una de las ciudades más afectadas, donde miles de personas duermen en las calles por temor a nuevos derrumbes tras las réplicas.
Las autoridades han confirmado más de tres mil 900 heridos y 270 desaparecidos, aunque el Gobierno de Unidad Nacional, opositor al régimen militar, eleva la cifra de fallecidos a más de dos mil 400. El sismo también impactó a Tailandia, causando el colapso de un edificio en Bangkok y la muerte de 19 personas. En Mandalay, el hospital general ha sido evacuado, dejando a cientos de pacientes en el exterior, mientras el calor extremo dificulta el trabajo de los rescatistas y acelera la descomposición de cuerpos.
