A casi una semana de las devastadoras inundaciones que han cobrado la vida de al menos 120 personas en Texas, las autoridades enfrentan crecientes cuestionamientos sobre el manejo de la emergencia, especialmente en relación con la demora en los sistemas de alerta. La región más afectada, Hill Country, incluyendo campamentos infantiles, sigue siendo escenario de labores de búsqueda, mientras 173 personas continúan desaparecidas. La preocupación se intensifica al revelarse que, en algunos casos, las alertas no llegaron sino hasta horas después de iniciada la emergencia.
La cadena ABC News reportó que un bombero de Ingram pidió emitir una alerta a las 04:22 horas del 4 de julio, pero el sistema CodeRed del condado de Kerr no la difundió sino hasta 90 minutos más tarde. Algunas advertencias ni siquiera llegaron antes de las 10:00, cuando ya cientos habían sido arrastrados por las aguas. Kerr, epicentro de la tragedia y conocido como parte del "Callejón de las Inundaciones Repentinas", ha confirmado 97 muertes, incluyendo 36 menores. Mientras el presidente Donald Trump se prepara para visitar la zona, crecen las críticas sobre si recortes presupuestales durante su gobierno debilitaron la infraestructura de alerta temprana.