La administración de Donald Trump revocó la certificación de la Universidad de Harvard para inscribir a estudiantes internacionales, en medio de una escalada de acusaciones contra la institución. El Departamento de Seguridad Nacional argumentó que el ambiente en el campus es "inseguro" debido a supuestas agresiones a estudiantes judíos por parte de "agitadores antiestadounidenses y proterroristas", además de acusar sin pruebas a la universidad de colaborar con el Partido Comunista Chino. Como resultado, los estudiantes internacionales deberán transferirse a otras universidades o abandonar el país.
Actualmente, Harvard alberga a cerca de 6,800 estudiantes extranjeros, quienes representan más de una cuarta parte de su matrícula total. La mayoría son estudiantes de posgrado provenientes de más de 100 países. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, declaró que la medida busca responsabilizar a la universidad por "fomentar violencia y antisemitismo", lo que ha generado fuerte controversia tanto dentro como fuera del ámbito académico.
