El funeral del papa Francisco, celebrado en el Vaticano, reunió a líderes mundiales que, lejos de pasar desapercibidos, provocaron controversias por sus decisiones de vestimenta y comportamiento. Donald Trump fue uno de los más criticados tras aparecer con traje y corbata azul, rompiendo el protocolo tradicional de luto, mientras que Melania Trump también fue señalada por no usar medias oscuras. Volodimir Zelensky, en tanto, asistió vestido con su uniforme militar negro, reafirmando su imagen de resistencia frente al conflicto con Rusia.
Además de los temas de indumentaria, algunos gestos simbólicos captaron la atención mediática, como la reina Matilde de Bélgica usando un polémico collar de perlas, y Emmanuel Macron inclinándose ante el féretro, un acto que en Francia fue percibido como una violación al principio de laicidad del Estado. Estos momentos pusieron en evidencia cómo, incluso en un evento solemne, las decisiones personales de los líderes pueden generar intensos debates globales.
