269 especies de plantas al borde de la extinción

De las más de 700 especies registradas en Chiapas, al menos el 10 por ciento está en alguna categoría de riesgo. Diego Pérez / CP
De las más de 700 especies registradas en Chiapas, al menos el 10 por ciento está en alguna categoría de riesgo. Diego Pérez / CP

En Chiapas, al menos 269 especies de plantas vasculares se encuentran en peligro de extinción, según un análisis basado en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 y estudios especializados en colecciones científicas; la pérdida de hábitat por expansión agrícola y urbana, los incendios forestales, las sequías prolongadas y el cambio climático son factores que, junto con la extracción y venta ilegal, han acelerado la disminución de estos ejemplares.

La cifra coloca a la entidad en el centro de una crisis ecológica que pone en riesgo su reconocida biodiversidad vegetal, una de las más ricas y diversas del país.

Especies vulnerables

Entre los grupos más afectados destacan orquídeas silvestres, palmas, cícadas, bromelias y manglares, especies de gran valor ecológico y cultural que también forman parte del sustento de tradiciones ancestrales en comunidades indígenas.

De acuerdo con el concepto de endemismo, que se refiere a especies únicas de una región, el estado alberga numerosas plantas que no existen en ningún otro lugar del mundo.

Factores como el aislamiento geográfico, el clima y la composición del suelo han favorecido esta riqueza biológica, hoy amenazada por la expansión urbana, la agricultura intensiva y la extracción ilegal.

Orquídeas: belleza en peligro

Las orquídeas silvestres representan uno de los casos más críticos.

De las más de 700 especies registradas en Chiapas, al menos el 10 por ciento está en alguna categoría de riesgo.

Su alto valor estético ha generado un mercado ilegal que impulsa la extracción indiscriminada de ejemplares en selvas y montañas.

Entre las especies más comercializadas, y en riesgo, se encuentran la flor de candelaria (Guarianthe skinneri), la flor de dragón (Stanhopea tigrina), la monja blanca (Lycaste skinneri) y el cisne verde (Cynoches ventricosum).

Sin las condiciones naturales de humedad, sustrato y altitud, estas plantas no logran sobrevivir fuera de su hábitat.

La pérdida de hábitat por expansión agrícola y urbana, los incendios forestales, las sequías prolongadas y el cambio climático son factores que, junto con la extracción y venta ilegal, han acelerado la disminución de estas especies.

Asimismo, en la lista de plantas con protección especial figuran el mangle prieto, caña chiquiyul, palma pitshan, maguey tzotzil y cedro rojo.

Otras, como el matacucuyuchi, el falso camedor y la espadaña, se encuentran en peligro de extinción, mientras que especies como el canacoite, palo de escoba o la flor de corazón están catalogadas como amenazadas.

Espacios de conservación

En la ciudad, el Jardín Botánico Dr. Faustino Miranda resguarda 72 de las 269 especies amenazadas, los ejemplares provienen de zonas como la Selva Lacandona, Tonalá y la Depresión Central.

Además, se protegen especies de otras entidades como parte de los compromisos ambientales establecidos por la legislación mexicana.

Autoridades ambientales y especialistas coincidieron en que la única forma de revertir esta tendencia es reforzar la educación ambiental, promover la vigilancia forestal comunitaria y crear políticas públicas sostenibles enfocadas en la conservación activa.