A 31 años del alzamiento armado y a 41 de su fundación, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), es un movimiento político “vigente con sus contradicciones y victorias”, afirmó el investigador Gerardo González.
“El zapatismo como pensamiento y como idea-acción está vigente y hay que analizarlo en un discurso alejado del viejo discurso de la izquierda, revolucionario y cuadrado. El zapatismo tiene sin duda muchas virtudes”, agregó.
Entrevistado a propósito del 31 aniversario del alzamiento armado de 1994, señaló que el EZLN “sigue vigente, particularmente en un discurso que ha venido construyendo a lo largo de los años y que parece que tiene más impacto fuera del país”.
Si se pone en una balanza, añadió González, “la gente en México está más entusiasmada con el proceso obradorista y claudista, pero en términos de pensamiento se ha ido anidando en las nuevas teorías, el pensamiento crítico decolonial.
El zapatismo está dentro de la lógica de los movimientos sociales, que, si bien son escuchados en un sector de la población, no tienen impacto en los obreros, los campesinos y me atrevería a decir que ni entre los propios indígenas”.
Remarcó, “el zapatismo tiene todavía vigencia en algunos que ya no son tan jóvenes, pero que a los más jóvenes, justo por esos años que ha pasado este proceso, no les está diciendo gran cosa. En ese contexto hay un zapatismo debilitado”.
A pregunta expresa manifestó que, “como movimiento anti sistémico, el EZLN es de los movimientos que se han incrustado en muchas palabras que se van utilizando sin saber realmente qué significan como ‘Europa insumisa’. El pensamiento antisistémico está nutrido de luchas. Nadie puede decir nada de la lucha zapatista. Se ha enfrentado a la militarización, a la paramilitarización, a programas gubernamentales.
Es un movimiento anti sistémico y dentro de la gran gama de lo que llamamos izquierda, el zapatismo y otros movimientos son la radicalidad de este país”.
Gerardo González opinó que, “en el aspecto territorial, el zapatismo no está pasando buenos momentos (...), antes movía una masa importante de personas de México, las caravanas, marchas, consultas. Fueron tiempos gloriosos”.
“En ese espacio de lucha por crear otro mundo, por ejemplo, tiene un lugar privilegiado. Si se mide por la fuerza que tuvo en el 94, ya no tiene aparentemente esa fuerza, pero es muy difícil no reconocer su fuerza discursiva, que es política”, sostuvo.
En conclusión, aseveró, “a 31 años, el EZLN es una organización política vigente con todas sus contradicciones y victorias, es un grupo con menos miembros, menos control del territorio”, pero “el zapatismo está. Es una fuerza política y un actor importante en Chiapas”.