Creado hace 11 años durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, el primer Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE) del país con puerto marítimo hoy permanece abandonado. Solamente una empresa agroindustrial ha sido instalada ahí, además de las oficinas administrativas y aduaneras que se encuentran desmanteladas y más de 32.5 hectáreas (de las 37 con que cuenta) están convertidas en matorrales.
A dicha infraestructura no se le ha dado mantenimiento, tanto que una parte del puente elevado en la entrada hacia el Parque Industrial Francisco I. Madero se está cayendo a pedazos, aunque por el mismo desde su construcción no ha pasado un solo tráiler con mercancía que haya ingresado o salido del Recinto Fiscalizado a través de Puerto Chiapas.
El RFE fue ofrecido en su momento como “el primero en un puerto marítimo, cuya misión es la detonación de la economía de la región y de la Frontera Sur de México, formando un corredor logístico multimodal, sustentable y eficiente para el intercambio de mercancías de México con el resto de mundo”, pero a la fecha solamente ha sido instalada y opera en ese lugar, la planta procesadora de Cafés de Especialidad de Chiapas (Cafesca).
“La visión del Recinto Fiscalizado Estratégico Puerto Chiapas es que en él se realice un número importante de actividades de transformación en los productos que se exportan, operar como un centro logístico multimodal en las cargas para su mercado relevante, proporcionar seguridad jurídica a las inversiones y a las operaciones de comercio exterior así como operar con estándares de calidad y eficiencia que lo ubiquen dentro de los mejores Recintos Fiscalizados Estratégicos del país”, señala la publicidad oficial del mismo.
Y es que su ubicación estratégica, al ser Puerto Chiapas la puerta de entrada al sureste mexicano y estar en el corazón del corredor logístico de Mesoamérica, lo conecta en forma directa con los países de Centro y Sudamérica, la Costa Oeste de Norteamérica y Asia-Pacífico, es decir, con los mercados de Estados Unidos, China, Vietnam, Alemania, Inglaterra, Holanda, Italia, Francia, Bélgica, Suiza, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
A pesar de ello no se le hace promoción y ahora, a unos cuántos kilómetros se construye un nuevo Parque Agroindustrial para instalar plantas procesadoras de productos de la región como mango, ajonjolí y soya, entre otros, para lo cual tendrá que proporcionarse infraestructura, cuando el RFE cuenta con esta, aparte de facilidades de tipo fiscal, hacendaria y aduanal.
Empresarios y especialistas consideran que el agroparque debería haberse ubicado precisamente dentro del Recinto Fiscalizado Estratégico, para que de esa manera se impulse su desarrollo, toda vez que actualmente todas las instalaciones permanecen abandonadas y sin mantenimiento desde hace ya varios años.
Aunado a ello, ahora existe el proyecto de creación de la Zona Económica Especial (ZEE) que también busca atraer a inversionistas para la instalación de empresas procesadoras, ofreciéndoles una serie de facilidades e incentivos, aunque no se establece si dentro del polígono de esta se ubicará el RFE.
Diferencias
El auditor financiero del Colegio de Contadores de la Región Centro Istmo Peninsular del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), Alberto Zamora Díaz, explicó que entre el Recinto Fiscalizado Estratégico, la Zona Económica Especial y el Parque Agroindustrial existen coincidencias, aunque también diferencias.
El primero cuenta con un régimen establecido en la Ley Aduanera que “permite a las empresas que operen en su interior, la introducción, por tiempo limitado, de mercancías extranjeras, nacionales o nacionalizadas, para ser objeto de manejo, almacenaje, custodia, exhibición, venta, distribución, elaboración, transformación o reparación”, de los cuales en México existen siete, entre ellos el de Puerto Chiapas.
En tanto la ZEE es creada por decreto y tiene un área de influencia y la finalidad, a diferencia del RFE, es “crear un ambiente de negocios prolífico con infraestructura y beneficios fiscales (no exenciones como en el recinto), proponiéndose que una de ellas se ubique en Puerto Chiapas”.
Por su parte, los parques agroindustriales, uno de los cuales se construye en Puerto Chiapas, “son espacios creados por particulares con apoyos del Gobierno para su constitución que pueden o no tener beneficios fiscales”.
Señaló que aun cuando la Zona Económica Especial es el mejor mecanismo para atraer inversiones, el Recinto Fiscalizado Estratégico es ideal para impulsar la agroindustria y dar valor agregado a la producción regional para enviarlo al mercado extranjero, al contar con infraestructura instalada.
El director de la asociación Fomento Económico de Chiapas, José Luis Mandiola, lamenta que en 11 años solamente se haya instalado una empresa (Cafesca) dentro del RFE, cuyos resultados son exitosos.
El director de Cafesca, Renán Chueiri, planteó dar un mayor impulso al Recinto Fiscalizado Estratégico para atraer más industrias hasta el mismo otorgando incentivos y facilidades como ocurre en otras naciones.
“Nos falta mucho, el sur de México necesita tener mejor infraestructura y apoyar más al Recinto”, en virtud a que Cafesca sigue siendo la única empresa ubicada en el mismo, mencionó.
Infraestructura
El Recinto Fiscalizado Estratégico, se dice, cuenta con instalaciones aduaneras, oficinas administrativas, instalaciones eléctricas, líneas telefónicas subterráneas, control y vigilancia (circuito cerrado de televisión), agua potable, drenaje, vialidades urbanizadas y pavimentadas de concreto asfáltico, alumbrado público en vialidades y banquetas, báscula de 120 toneladas y áreas verdes.
Asimismo, con una planta de tratamiento de aguas residuales, subestación eléctrica, puente fiscal, instalaciones portuarias con servicios de carga y descarga, y las ventajas de la cercanía del Aeropuerto Internacional de Tapachula, autopista, puente fronterizo, vías del ferrocarril, terminal intermodal, terminal ferroviaria de carga y descarga, además de ofrecerse una terminal de combustibles marítimos y una terminal de combustibles industrial (distribuidora de Pemex).
Abandono
Las oficinas aduaneras permanecen solitarias, solamente unos vigilantes dan vuelta y verifican quién entra y sale hacia la planta de Cafesca, la única que opera en el lugar.
Los terrenos se encuentran descuidados e incluso ya no se aprecia ni la malla ciclónica que circunda las 37 hectáreas que lo conforman de tanta maleza. Es más, la planta de tratamiento de aguas residuales que ofrecieron en su momento a los empresarios e industriales no opera por falta de mantenimiento.
El único sector que permanece limpio es el que ocupa Cafesca con 3.75 hectáreas, las instalaciones aduanales y las calles pavimentadas, porque incluso en la zona de ingreso crece pastizal.
Asimismo todo el sistema de alumbrado público no funciona y ello representa un alto riesgo para quienes laboran en las plantas procesadoras que se ubican en el Recinto Fiscalizado y el Parque Industrial Francisco I. Madero.
El puente elevado para cruzar la calle que ingresa hacia la terminal pesquera y de cruceros se está cayendo, a pesar de nunca haber sido utilizado.
Es por ello que organismos empresariales consideran que el Gobierno Federal debe voltear la vista hacia el Recinto Fiscalizado Estratégico y aprovechar las ventajas que este otorga para la instalación de industrias en el mismo, al tiempo que lamentaron que no se le brinde atención por el hecho de que, a su pensar, fue creado en otra administración gubernamental.