Vecinos de la colonia 24 de junio, en Tuxtla Gutiérrez, avisaron a las autoridades sobre la situación de una mujer de 87 años, que supuestamente se encontraba vulnerable y aparentemente sin cuidados.
De acuerdo con medios locales, autoridades de la Procuraduría Municipal de Protección del DIF de Tuxtla y Protección Civil municipal arribaron al domicilio. Confirmaron que la adulta mayor carecía de cuidados y requería atención médica urgente.
Un paramédico le brindó los primeros auxilios y coordinaron su traslado para darle la atención necesaria.
Autoridades de Protección Civil informaron que la mujer recibió atención de forma inmediata y, según el DIF, ya están buscando a sus familiares.
Es importante informar que la adulta mayor fue canalizada a un centro de atención, con el objetivo de garantizar su derecho a la asistencia social y a una vida digna.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato en la vejez consiste en actos que causen daño o sufrimiento a una persona mayor, o la no adopción de medidas apropiadas para evitar otros prejuicios. Este maltrato puede ser físico, emocional, sexual, económico o por negligencia.
Factores de vulnerabilidad
La fragilidad física, aislamiento, dependencia, deterioro cognitivo y bajos ingresos son factores que ponen a las personas adultas mayores en una situación mucho más vulnerable.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en 2019, estudios proyectaban que entre el 8.1 y el 18.6 % de las personas mayores de 60 años sufren algún tipo de maltrato. Además, “la prevalencia aumenta conforme la población envejece, presentándose con mayor frecuencia en las mujeres”.
Para el 2023, el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) indicó que las desigualdades e inequidades se ven reflejadas especialmente en las mujeres mayores, quienes representaban el 53.8 % del total de la población de ese grupo de edad.
Desventajas
El Inapam compartió algunas de las desventajas que viven las mujeres adultas mayores a lo largo de su vida y que se acentúan en la vejez:
Menor escolaridad y mayor analfabetismo debido a pocas oportunidades educativas.
Menor inserción a empleos formales y bien remunerados, debido a una injusta distribución social del trabajo.
Mayor participación en actividades históricamente no remuneradas, como trabajo doméstico, crianza y cuidados.
Falta de seguridad económica.
Pérdida de la capacidad, funcionalidad y aumento en la dependencia debido a procesos de enfermedad y poco acceso a servicios de salud.
A estas desventajas se añaden aquellas vinculadas a factores como la raza, etnia, sexo, género, salud o lugar de residencia, entre otros.