Los huevos, algunas verduras y frutas, son productos que todavía no han mostrado una baja sustancial en los costos y la situación genera preocupación dentro del gremio que se dedica a la parte gastronómica y que requiere de esos insumos para preparar los alimentos, puntualizó Guillermo Acero Bustamante, presidente en Chiapas de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
Explicó que hay establecimientos que tienen 40 y hasta 50 % en su carta con la utilización del huevo como ingrediente, lo que se traduce en un impacto directo. Con base en lo señalado, en las últimas semanas ese insumo subió un 10 %.
El líder del sector detalló que en el caso de las frutas y verduras el alza se ha movido en un 12 %, y este rubro también se ha tomado con cautela debido a que los restaurantes requieren de raciones para acompañar los platillos.
A pesar de todo esto, apuntó, los establecimientos continúan con la venta de sus productos a la carta, y lo que sí se ha buscado es hacer algún tipo de sustitución entre las frutas y verduras que hayan aumentado de forma considerable sus costos.
La ventaja de estos insumos, describió Acero Bustamante, es que son volátiles, es decir, que en una semana pueden tener un comportamiento en incremento y a la siguiente pueden bajar de precio en el mismo porcentaje. Las proyecciones que se tienen, calculó, es que 2023 pueda cerrar con una tasa de inflación de un 5 %.
Recuperación lenta en restaurantes
Aunque en materia turística se ha hablado de una recuperación sobre la cantidad de visitantes, en la parte de restaurantes comentó que los números no han sido los que esperaban.
La industria está con buenas expectativas de que el periodo de Semana Santa pueda representar números positivos; para ello, enfatizó, los negocios tienen que diseñar sus estrategias de promoción para atraer a los comensales.
Finalmente, el presidente de la Canirac comentó que la inflación es un asunto que afecta a todos los sectores; en el caso de la subyacente, va directo a los costos de los bienes y servicios que son estables, mientras que en los insumos volátiles (asociados a productos agropecuarios o energéticos) los precios varían a lo largo de una semana.