Matilde Antonia, convicción para ser enfermera

Este 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermería, y es un reconocimiento al natalicio de Florence Nightingale, personaje a quien se le atribuye la creación de esta profesión. Matilde Antonia García Hernández, enfermera con especialidad en Pediatría, también es un ejemplo de servicio; relató que su vocación la descubrió desde muy pequeña.

Mientras otras personas no querían asumir la responsabilidad del cuidado, ella se preocupaba por atender a quienes estaban en una situación vulnerable, pues siempre le importó que los pacientes tuvieran la garantía de recibir atenciones básicas.

El 12 de mayo es una fecha importante, debido a que se trata de un reconocimiento para quienes son profesionales de la salud, sobre todo a enfermeros y enfermeras, cuyas funciones son claves para aminorar los malestares que enfrenta la población que acude a un hospital.

Los orígenes y el amor por la profesión

García Hernández es oriunda de San Cristóbal de Las Casas; la quinta de siete hermanas. Se describe como una mujer que le gusta la lectura, aprender y tener más conocimiento. Disfruta de su familia y mantiene su convicción de ayudar a los además.

Es decir, ser enfermera representa otorgar cuidados con humanismo y sustento científico; se trata de velar por el paciente y acompañarlo hasta el momento de su recuperación. Vocación y empatía, remarcó, son dos aspectos que debe cumplir quien se dedique a la profesión.

“Para mí representa el compromiso, la responsabilidad y la fortaleza que se requiere para enfrentar los retos que se nos presentan en nuestra labor”, remarcó Matilde, con sus 20 años en el oficio.

Su carrera ahora está enfocada en los infantes, pero reconoce que al inicio fue difícil por la tristeza de ver a tantos menores con padecimientos muy complejos y que, en algunos casos, terminaba en la muerte de los niños.

Retos y cuestionamientos

“Yo pensaba: ¿por qué estudié Pediatría? Al ver a mis hijos siempre dije que quería tratar a los demás niños como quisiera que trataran a los míos; y por eso siempre estoy leyendo, preparándome para poder otorgar cuidados idóneos, con calidad”, describió.

“Sí”, es la respuesta a la pregunta expresa: ¿Si volvieras a nacer serías otra vez enfermera?, el argumento de Matilde es que se trata de un oficio que le ha dado mucha satisfacción y herramientas para identificar enfermedades, incluso, dentro del núcleo familiar.

“Es una profesión que me ha llenado de bendiciones, el ver recuperarse a un niño es una satisfacción enorme que no podría describir. Cuando nosotros vemos que se van de alta nuestros pacientes, cuando los vimos en su periodo más crítico, y verlos salir de aquí te llena el corazón”.

Enfatiza que para ser una buena enfermera o enfermero se requiere de mucho conocimiento, debido a que no basta con solo tener el deseo. La persona tiene que saber en qué momento actuar y de qué forma de hacerlo.

Vocación y humanismo, dijo, complementan los elementos que debe tener una persona que se dedique a la enfermería, toda vez que la parte emocional en los procesos hospitalarios con los pacientes no debe perderse. Matilde Antonia García Hernández honra su profesión.