En un contundente llamado a la conciencia social y política, el arzobispo de Tuxtla, monseñor José Francisco González González, advirtió que el crimen organizado ha dejado de interesarse exclusivamente por el narcotráfico y ahora se orienta hacia el control de recursos naturales, como la madera, minerales y, especialmente, el agua.
González González llamó a defender los recursos naturales ante la delincuencia organizada, advirtiendo que las futuras guerras serán por el agua, no por petróleo.
Descanso
El prelado abordó con firmeza la crisis ambiental y social que vive el país, responsabilizando tanto a estructuras criminales como a políticas públicas mal ejecutadas por la creciente degradación ambiental.
Señaló que la deforestación sin control está provocando una reducción en las lluvias y un aumento de la desertificación.
Advirtió que si no se revierte esta tendencia mediante una reforestación efectiva y sustentable, México enfrentará consecuencias irreversibles.
Una nueva mafia
Asimismo, denunció que detrás de la tala ilegal y el despojo de comunidades hay intereses que ya no solo responden al crimen organizado tradicional, sino a una especie de “nueva mafia”.
“Ven en la naturaleza un negocio más lucrativo y menos vigilado”, anunció.
Esto, aseguró, está dejando indefensas a comunidades rurales que son desplazadas o explotadas por defender ríos, bosques y tierras.
Finalmente, monseñor hizo un llamado especial a los pueblos originarios, reconociendo su papel histórico como guardianes de la biodiversidad.
Recordó iniciativas como los bonos de carbono, que premiaban la conservación de bosques, como ejemplos de políticas viables y sostenibles que deberían retomarse.