Alertan sobre poca accesibilidad en espacios públicos

Alertan sobre poca accesibilidad en espacios públicosLas calles están llenas de obstrucciones para personas con discapacidad. Diego Pérez / CP

Monserrat Ibarra Gallardo, investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y ganadora del premio nacional Arquitecturas Far 2023, expuso una grave falta de accesibilidad en los espacios públicos mexicanos y exigió implementar el diseño universal desde la concepción de proyectos urbanos.

En una conferencia para la Universidad Descartes, la doctora en estudios regionales destacó que el objetivo principal es que las personas con discapacidad puedan desempeñarse de manera autónoma, sin depender de “ajustes razonables” o modificaciones posteriores.

Barreras

Las barreras se clasifican en urbanísticas (calles, aceras), arquitectónicas (edificios), de transporte y de comunicación.

Un concepto fundamental es la “cadena de accesibilidad” un proceso continuo donde una persona puede aproximarse, acceder, usar y salir de cualquier espacio o recinto con autonomía y facilidad, sin interrupciones.

Ejemplos de ruptura de esta cadena incluyen barreras arquitectónicas, falta de señalética clara, espacios no adaptados, como baños, y transporte inaccesible.

La doctora puso el ejemplo de un parque donde la rampa de acceso puede ser perfecta, pero si el camino desde el estacionamiento o la parada de autobús no es accesible, la cadena se rompe.

Crisis local

La experta hizo énfasis en la crisis local expuso que en Tuxtla Gutiérrez, de 180 a 193 parques tienen mantenimiento deficiente. Ejemplos como el parque Niño de Atocha tienen rampas aisladas que no conectan con iglesias o calles aledañas, haciendo inútil su accesibilidad.

Ibarra mostró ejemplos contundentes como la falta de iluminación que genera inseguridad, pavimentos inestables (arena, adoquines irregulares), rampas que no cumplen medidas mínimas o son intransitables, pisos fracturados y la presencia de desniveles sin atenuar.

Otro ejemplo fue una plaza en Tuxtla donde una rampa, aunque bien intencionada en su pendiente, carece de barandal, contraste de texturas o colores, y obstaculiza la circulación, convirtiéndose en una barrera para personas con baja visión, a pesar de su aparente cumplimiento normativo.

Para avanzar, la doctora plantea varios retos y perspectivas, como la necesidad de aplicar y crear leyes que protejan los derechos de las personas con discapacidad, trascendiendo los manuales opcionales actuales.

La creación y adaptación de espacios de inclusión digna que deben permitir la transición de la exclusión a la inclusión, fomentando la autonomía y el intercambio de experiencias.

Es indispensable la colaboración entre arquitectos, urbanistas y otros especialistas para entender las necesidades específicas de cada tipo de discapacidad.