Alfredo Torres, más de medio siglo capturando instantes

En la sala de su casa ha montado su estudio fotográfico. Guillermo Ramos/ CP
En la sala de su casa ha montado su estudio fotográfico. Guillermo Ramos/ CP

“Mi nombre es Alfredo Torres Domínguez, soy fotógrafo”, se presenta con sencillez.

Desde hace 55 años la fotografía se convirtió en parte de su vida, en su lenguaje. Un viaje que inició en la era análoga y que con los años trascendió a lo digital.

Inicios

Su historia comenzó ayudando a su hermano Roberto, dueño del emblemático Foto Chiapas, uno de los primeros estudios fotográficos en Tuxtla Gutiérrrez y que con el tiempo se convirtió en un negocio familiar, hecho que derivó en la creación de otros estudios como Foto Mundo y Foto Tuxtla.

A sus 64 años se define como una persona apasionada que ama mucho su trabajo y sobre todo poder servirle a la gente.

Desde su ubicación, en la calle Central y libramiento Norte, su misión continúa: atrapar instantes con la misma dedicación de siempre, ahora con las herramientas de dos eras.

¿Por qué la fotografía?

La historia comenzó cuando su hermano conoció el oficio y tras enseñarle inició el enamoramiento hacia las fotografías.

“Como hermano menor me apasionó, me gustó y sobre todo era un medio de tener una buena vida en ese momento”, recuerda, pues asegura que hace más de 50 años pocas personas con buen sustento tenían el recurso para tomarse fotos.

Transición análoga-digital

Ha sido testigo de la transición de lo análogo a lo digital. Cuenta lo meticuloso que era anteriormente hacer fotografía, se usaba el papel Kodak para fotos de título, infantiles y cartillas; los químicos eran comprados en otros foto estudios de la ciudad.

“Antes era una cámara Nova, que se tenía que enfocar varias veces para poder hacer una buena foto. Hoy en día le pones autofoco y vámonos”.

Para Alfredo la tecnología actual revolucionó totalmente la manera de retratar, en comparación de quienes conocieron el trabajo arduo del cuarto oscuro. Sin embargo, valora la dedicación y calidad del pasado.

“Esas fotos que se hicieron hace muchos años se siguen conservando por la calidad del papel, de los químicos que se usaba; hoy en día se tiene que hablar de papeles texturizados para poder conservar mejor la fotografía”, aseguró.

Reconoce la accesibilidad de los celulares, pero defiende la superioridad de la cámara profesional: “Siempre vas a conseguir una mejor calidad”.