La polinización de las abejas mejora el rendimiento de los cultivos, lo que contribuye a nuestra seguridad alimentaria y económica. Después de una investigación en zonas productoras de mango en Chiapas, la maestra en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, Estefhanía López, resaltó la importante sinergia que se genera entre estas especies.
Los resultados de su investigación arrojaron que “el cultivo del mango proporciona importantes cantidades de alimento a la comunidad de abejas autóctonas, e incluso a la abeja melífera, lo que explica el gran número de visitas registrado”.
La especialista en Entomología Tropical realizó la investigación “Disponibilidad de recursos alimenticios para abejas en agroecosistemas de mango del sur de Chiapas”, en la cual midió la producción de néctar y polen, la diversidad de abejas, así como las variables climáticas en 40 árboles de mango de dos huertas rurales de Tapachula.
Detalla que la producción de néctar y polen fue significativamente diferente entre huertos, revelando que “se registraron 3 mil 250 visitas de abejas correspondientes a ocho especies en el huerto ‘Los Girasoles’, y 3 mil 656 visitas de 10 especies en el huerto ‘El Malo’”.
Este trabajo muestra la influencia de algunos factores ambientales en la producción de polen y néctar de las flores de mango (Mangifera indica) y la consecuente importancia para la supervivencia de las abejas.
Desafíos en la agricultura
Es de destacar que la relación entre la diversidad de abejas y la agricultura tiene su lado amargo, es decir, cuando la agricultura se vuelve intensiva se mecaniza excesivamente y depende de la aplicación de agroquímicos, por ello las abejas enfrentan un mundo adverso que va desde la escasez de polen, néctar y de sitios para anidar, hasta la intoxicación por plaguicidas
Se encontraron relaciones positivas bivariadas entre la temperatura y luminosidad, así como la cantidad de polen, velocidad del viento y tiempo de visita de las abejas.
Razón por la cual, “nuestros resultados también resaltan la importancia de incorporar variables meteorológicas como predictores en la visita de abejas en las prácticas de control de plagas, para reducir la probabilidad de efectos indeseables sobre tan importantes polinizadores”, resalta la investigadora.