De acuerdo con el investigador de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Luis Antonio Muñoz Alonso, a causa del cambio climático alrededor del 40 % de las poblaciones de anfibios está en peligro de extinción. Esto con base en datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El investigador explica que con las variaciones en las lluvias y “la modificación de un solo grado de la temperatura promedio en el agua donde habitan, se afectan sus tasas de natalidad y reproducción, la cantidad de huevos que ponen, el número de renacuajos que nacen y de encuentros reproductivos”.
Agregó que en el mundo son alrededor de 8 mil 600 especies de anfibios, y “cada año se descubren más; en México existen alrededor de 400, y Centroamérica alberga a cerca del 30 % de los anfibios. México y Centroamérica forman un ‘hotspot’ de anfibios, es decir, un área geográfica con gran biodiversidad en la que habitan numerosas especies endémicas y microendémicas”.
Riqueza local
Chiapas, al igual que México, destaca por su elevada riqueza de anfibios, producto de la variedad de condiciones biogeográficas y geológicas que se presentan en su territorio. De las 108 especies de anfibios registradas en Chiapas, 44 especies están incluidas en alguna categoría de riesgo con base en la Norma Oficial Mexicana, NOM-059-SEMARNAT-2001.
Las regiones fisiográficas Montañas del Norte y Sierra Madre de Chiapas son las que presentan una mayor riqueza de anfibios, con 64 y 63 especies, respectivamente. Del total de riqueza de especies de anfibios registrada en Chiapas, 19 especies son endémicas en México, y de las cuales 11 son endémicas al estado.
Protección
Los anfibios desempeñan un papel importante en sus ecosistemas: prestan servicios en el ciclo de nutrientes y controlan poblaciones de insectos, al mismo tiempo que mantienen diversas comunidades de depredadores.
Muñoz Alonso relata que para “protegerlos hay que conocerlos”, por lo cual hay que tener clara su importancia ecológica y comprender cómo nuestra actividad diaria los afecta no solo a ellos, sino a toda la naturaleza. Además, deben impulsarse acciones para garantizar la existencia de cuerpos de agua abundantes y libres de contaminación.
“Y nadie debería comprar fauna silvestre, aunque se trate de animales atractivos. En cuanto al consumo de algunas especies de anfibios, conviene revisar que provengan de sitios legalmente establecidos y con eso se evita que se les extraiga de su hábitat natural”, apuntó.