Existen aproximadamente 190 especies de aguacate distribuidos desde el sur de Estados Unidos, hasta el norte de Chile; en México existen 26 especies, las cuales tienen como principal zona de distribución el sureste del país, siendo Chiapas el estado con mayor diversidad de especies y subgéneros.
Actualmente, el aguacate Hass “tiene alas” debido a que su costo alcanzó los 150 pesos el kilogramo. En un sondeo por un concurrido mercado de la capital se encontró a 70 pesos el kilo, mientras que con los vendedores ambulantes se distribuye en los platitos de unicel a 20 pesos las dos piezas.
El Chinini
El cronista y profesor de Copainalá, Luciano Vázquez Pérez, habló acerca del Chinini, el cual es “parte de la alimentación autóctona y todos nosotros tenemos que saborearlo. Ahorita acaba de pasar la cosecha y la comunidad conserva mucho esta tradición; el producto es de calidad, es algo ‘carito’, pero el que viene a granel es más barato porque de un día para otro se madura y se pone morado”.
Norma García es locataria del mercado Juan Sabines y vende este aguacate, una variedad del sureste mexicano con amplia distribución, arraigo y consumo en las regiones zoques, sin embargo, su nombre proviene del náhuatl y significa “chichi vieja o seno viejo”. Como ella, varias canasteras -principalmente de Copoya, Copainalá y Suchiapa- acuden a la capital a venderla.
Dice que su precio ronda los 20 pesos la pieza, pero en buena temporada alcanza hasta los 30. La textura del aguacate criollo es más cremoso y fibroso, el hueso es grande y la carne es de un color menos amarillento que el Hass, con un sabor distinto.
Aunque no se encuentra en la lista de especies protegidas por la Semarnat, sí es considerada como una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), esto debido a que actualmente se ha visto reducido en su población, debido a su gran tamaño y pérdida de su hábitat.
Aguacate chiapaneco
A pesar de su popularidad, Norma aclara que este no es el llamado aguacate chiapaneco, e indica que el locatario Hernán Gómez es quien lo vende sobre la 4ª sur, en el andador del mercado.
Don Hernán comenta que “aquí en Chiapas se produce sólo de este (aguacate) en las mismas casas, pero también hay gente que se dedica a producirlo”. El tamaño es más del doble que el Hass y de un color verdoso, brillante y con una textura al tacto un tanto lisa; explica que “estos ya están, sólo quiere su sal y limón y así se come, o se hace picadillo con cebolla, jitomate, limoncito y sal, y sale un guacamole riquísimo, que es otro sabor”, acota.
Agrega que esta variedad también se cultiva cada año, y que a diferencia del chinini (el criollo u orgánico) tiene un sabor más parecido con el Hass, razón por la que se está convirtiendo en uno de los favoritos de la temporada ante el incremento de esta fruta, con un costo de 300 pesos por reja o 25 a 30 pesos la pieza; acorde al tamaño “es un poco caro, pero se debe a que la mata es grande y cuesta bajarlo”.
Orígenes nebulosos
De acuerdo a la investigación de la Universidad Veracruzana, “Origen y domesticación del aguacate”, hay dos teorías sobre la génesis de este fruto, la primera es que proviene de Chiapas, Guatemala y Honduras, y la más reciente, gracias a la presencia de fo´siles de aguacates antiguos de hace 50 a 10 millones de an~os, sugieren que es de California.
La primera teoría dice que fue en las tierras bajas mayas y las partes altas de Chiapas donde el oro verde fue domesticado por diferentes culturas, con diferentes propo´sitos y en diferentes condiciones ambientales, originando tres razas horti´colas de las que se desprenden la Hass y la Antillana, las más populares en el estado y cada una con sus variantes.
Siendo los Mokaya del Soconusco quienes heredaron los primeros conocimientos de la domesticación del aguacate a otras culturas del centro del país y Centroamérica, con propo´sitos y climas diferentes, y ante hibridaciones se formaron las 26 razas que tiene el país.