Los obispos de Guatemala, Chiapas y el Episcopado Mexicano, desde la ciudad de Panamá, externaron que “urge la desarticulación y el desarme de los grupos que asolan el Estado de Chiapas” y claman por la paz ante los diversos problemas de seguridad que afecta a distintos pueblos de la entidad.
“¡Vengan y vean!” se escribe tres veces en la carta dirigida a todos los niveles de gobierno. Denuncian que los pobladores están siendo utilizados como “escudos humanos”.
Mensaje
“Las comunidades y pueblos de Chicomuselo, Comalapa, Amatenango, Jaltenango, Bejucal de Ocampo, Siltepec y Motozintla, están convertidos en un campo de batalla por la disputa del territorio entre grupos criminales que obligan a los hombres a ir al frente, a cuidar las plumas, a cerrar caminos, ellos y sus familias enfrentan un terror que nunca imaginaron”, externan.
Reprochan que ningún nivel de gobierno ha querido escuchar y atender las raíces del problema: “Ninguno ha dado credibilidad a la palabra, a la sangre derramada, a las y los mártires que ha dejado esta guerra interesada en la que el pueblo no tienen parte y se le sigue sometiendo bajo amenazas”.
El documento, lo firman el obispo de San Marcos, Bernabé Sagastumé; el obispo de Huehuetenango, Álvaro Cardenal Ramazzini, ambos del país vecino de Guatemala; así como Rodrigo Aguilar Martínez, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez y obispo de SCLC.