El arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González, expresó su preocupación ante la escalada de conflictos bélicos internacionales, advirtiendo sobre las graves consecuencias de una posible tercera guerra mundial; mientras hizo un llamado a la paz, al diálogo y a no ceder al orgullo o la sed de poder.
El prelado expresó su inquietud por la creciente tensión a nivel internacional, especialmente por el conflicto entre Israel e Irán y la intervención de Estados Unidos, lo que advirtió podría escalar hasta una devastadora tercera guerra mundial.
Pide mantener la paz
Asimismo, exhortó a mantener la paz y a evitar caer en la indiferencia y la violencia que, según dijo, van marcando al mundo actual.
“Pedimos a Dios que nos dé un corazón humilde y compasivo ante un mundo que tanto lo requiere, un mundo que se va haciendo indiferente, violento y odioso”, señaló.
Además, subrayó que las pasiones desbordadas y los liderazgos heridos en su orgullo podrían conducir a decisiones irreversibles.
Monseñor González González enfatizó que el poder armamentista actual representa un riesgo sin precedentes.
“Si llegamos a tener una tercera guerra mundial con las ojivas nucleares que hay, solamente sobrevivirán los que tengan un búnker o las cucarachas, porque esos animalitos sí viven... nosotros seguramente desapareceríamos de la faz de la Tierra”, alertó.
Tensión mundial
Cuestionado sobre si la actual tensión mundial se trata de una estrategia de intimidación para afectar la economía o la estabilidad emocional de las personas, el líder católico consideró que ambas posibilidades podrían estar presentes.
“Hay un dicho romano: si vis pacem, para bellum, que significa si quieres la paz, prepárate para la guerra. A veces el que más intimida es el que mantiene el control”, reflexionó.
No obstante, fue claro al advertir que en la guerra nadie gana.
“Todos perdemos. Esperamos en Dios que los líderes que tienen el poder militar y económico del mundo no vayan a desencadenar una catástrofe que afectaría a toda la humanidad”, enfatizó.
Finalmente, criticó el actual modelo político en el que, dijo, la voluntad de la mayoría queda marginada frente a intereses verticales y decisiones tomadas desde el poder.
“Vivimos un sistema donde la base social solo es tomada en cuenta en época electoral. Las verdaderas decisiones se toman con otros criterios, muchas veces ajenos al bien común”, afirmó.