Representantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sobrevolaron las reservas de la biosfera “La Encrucijada” y “El Triunfo” con el fin de atestiguar las problemáticas existentes en estas áreas.
Mariana Boy, representante de la Procuraduría Federal de Protección Al Ambiente (Profepa) y Jaime Vázquez Bracho por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), presidieron dicho recorrido en compañía de habitantes y organizaciones sociales.
Mediante un sobrevuelo por la zona se pudieron constatar diversas problemáticas socio ambientales, así como el estado de conservación de gran parte de las reservas.
En un momento, las comunidades, habitantes y organizaciones sociales expusieron la necesidad de atender problemas como: la degradación del sistema lagunar, deforestación, cambios de uso de suelo irregulares, cultivo de especies invasoras en áreas protegidas y actividades de alto impacto en la zona alta.
Importancia ecológica
En las tierras de La Encrucijada crecen y viven alrededor de 800 especies de animales silvestres, algunas exclusivas de esta zona y otras amenazadas o en riesgo de desaparecer, como jaguares, monos araña, cocodrilos y caimanes, además de tortugas marinas y el pejelagarto.
También es una fuente generosa de vida, en sus espacios verdes viven más de 300 especies de plantas, con reductos de selva mediana, la única comunidad de selva baja de zapotón en México y sus representativos manglares y tulares, que son los mayores de Norteamérica: llegan a medir hasta 45 metros de altura.
Esta vegetación es una fuente imprescindible para la recarga del manto freático, lo que previene la erosión protegiendo a las costas del efecto devastador de los huracanes y controlando las inundaciones durante las constantes e intensas temporadas de lluvia de la región.
Decreto
En tanto, la Reserva de la Biosfera El Triunfo decretada el 13 de marzo de 1990, con una superficie de 119 mil 177 hectáreas en los municipios de Villacorzo, La Concordia, Ángel A. Corzo, Siltepec, Acacoyahua, Mapastepec, Pijijiapan, Monte Cristo de Guerrero y Escuintla, en la porción central de la Sierra Madre de Chiapas.
La reserva protege dos de los ecosistemas más amenazados de México: El bosque de niebla y la selva tropical húmeda del Soconusco.
El bosque de niebla de esta zona es considerado el más diverso del Norte y Centroamérica, y es uno de los sitios con un importante sistema de migración de aves de las dos latitudes. La selva tropical húmeda del Soconusco es la única selva de estas características en todo el Pacífico Mexicano y posiblemente de Mesoamérica.
La cobertura vegetal de la parte alta y media de la Sierra Madre de Chiapas actúa como una esponja que capta el agua de las lluvias y la humedad proveniente del océano Pacífico.
De esta forma, se originan un gran número de ríos y arroyos permanentes que abastecen dos vertientes principalmente, por una parte a la vertiente del golfo a través de importantes cauces como el río Grijalva y retenedores del agua durante su curso, como es el caso de la presa La Angostura, uno de los principales productores de energía eléctrica del país, administrando recargas a acuíferos superficiales y subterráneos que llegan a abastecer áreas de producción agrícola y ganadera relevantes a nivel nacional de los estados de Tabasco y Campeche, así como de importantes sistemas costeros que sustentan las actividades pesqueras en el golfo de México.