La temporada decembrina no es sinónimo de celebración para todos. De acuerdo con especialistas, durante las fechas también incrementan los casos de depresión y ansiedad. Aunque diciembre suele pintarse como un mes de luz, para un número creciente de personas la Navidad y el Año Nuevo se viven desde una realidad distinta: en silencio, sin familia cerca o atravesando duelos que se intensifican con el ambiente festivo.
La llegada de estas fechas suele convertirse en un detonante emocional para quienes enfrentan la soledad, la falta de convivencia familiar o la presión de cumplir con expectativas sociales imposibles.
En Tuxtla Gutiérrez, la psicóloga clínica María Fernanda Ruiz, con más de diez años de experiencia en el acompañamiento emocional, detalló que diciembre representa un “punto de quiebre” para muchas personas.
“En consulta notamos que diciembre trae una carga emocional muy fuerte. Todo gira en torno a la unión familiar y las celebraciones. Quien no vive esa realidad siente que está fuera de lugar. Esa comparación constante puede disparar sentimientos de tristeza profunda y ansiedad”, comentó.
Señaló, que las personas mas vulnerables son quienes viven lejos de su familia, quienes han pasado por rupturas recientes, adultos mayores y personas que enfrentan duelos no resueltos.
Además destacó que muchos jóvenes experimentan estas fechas como una obligación emocional más que como un espacio de disfrute.
“Hay quienes pasan la Navidad solos por trabajo, por distancia o porque no tienen una red cercana. También vemos pacientes que sí tienen familia, pero que por conflictos o dinámicas dañinas prefieren aislarse. Para ellos, las fiestas no son un descanso: son un recordatorio de lo que no tienen”, añadió.
Expectativa contra realidad
La especialista explicó que la depresión decembrina no siempre surge de un hecho concreto, sino del contraste entre lo que se espera y lo que se vive.
“Las redes sociales, la publicidad y hasta las conversaciones cotidianas refuerzan la idea de que todos están celebrando. Para alguien solo, ese discurso puede ser devastador. Es como si el mundo estuviera de fiesta mientras tú intentas sostenerte”, mencionó.
El impacto emocional suele manifestarse en síntomas como insomnio, irritabilidad, pérdida de apetito, episodios de llanto, aislamiento extremo o el uso excesivo de alcohol.
Cuando estos signos se prolongan por mas de dos semanas, la psicóloga advirtió que es necesario buscar atención profesional.
Por otro lado, subrayó que es fundamental desmontar la idea de que diciembre “debe” vivirse de una sola forma.
Finalmente, hizo un llamado a la población a ser más empática con quienes atraviesan estas fechas desde la tristeza o el silencio.












