Aves urbanas resisten la expansión de la ciudad

Aves urbanas resisten la expansión de la ciudad

En medio del crecimiento urbano acelerado, las aves de Tuxtla Gutiérrez han desarrollado una estructura comunitaria única para adaptarse a los cambios en su hábitat. Un estudio publicado en la Revista de Biología Tropical analizó durante casi un año la composición de 63 especies de aves en esta ciudad, descubriendo que la vegetación remanente actúa como refugio para especies nativas, mientras las exóticas dominan las zonas más urbanizadas.

Investigación

La investigación, “Bird composition of a Neotropical city of Chiapas, México: has a metacommunity structure”, liderada por científicos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), identificó que el 35 % del paisaje de Tuxtla está cubierto por zonas urbanas, mientras que solo el 20 % corresponde a vegetación natural, principalmente de bosque tropical seco.

Mediante 60 puntos de muestreo, los investigadores registraron cuatro mil seis individuos de aves, entre las que destacan cuatro especies exóticas invasoras, como la paloma doméstica (Columba livia) y el gorrión común (Passer domesticus), que predominan en áreas con alta densidad de construcciones.

En contraste, especies nativas como el momoto corona café (Russet-crowned Motmot) y el jay verde (Green Jay) sobreviven en fragmentos de vegetación dispersos, como parques urbanos y riberas del río Sabinal.

Estos espacios representan solo el 10 % de la cobertura original, pero son vitales para mantener la diversidad biológica.

Estructuras

El estudio aplicó el concepto de “metacomunidad” para entender cómo se organizan las aves en un paisaje fragmentado. Los resultados mostraron dos patrones.

La estructura clementsiana, es decir, las sociedades donde las especies dominantes (exóticas y sinúrbicas) se distribuyen en grupos coherentes, respondiendo a gradientes ambientales como la cantidad de pavimento o áreas verdes.

Y las estructuras anidadas, que son donde las especies nativas y raras dependen de la disponibilidad de hábitat, concentrándose en los fragmentos de vegetación mejor conservados.

“La urbanización no homogeniza por completo a las aves, mientras las exóticas se expanden, las nativas se refugian en los remanentes de bosque. Esto subraya la importancia de conservar corredores verdes en las ciudades”, explican los investigadores Estaban Diez de Bonilla, Karina Vázquez Morales y Ernesto Velázquez

El análisis también reveló que la heterogeneidad del paisaje (la mezcla de áreas pavimentadas, jardines y parques) favorece la coexistencia de especies. Sin embargo, la presión urbana amenaza a las aves endémicas, como el saltador gris (Grayish Saltator), que requiere hábitats específicos para sobrevivir.

Los investigadores enfatizan la necesidad de políticas urbanas que integren la preservación de la vegetación nativa y promuevan la conectividad entre fragmentos.