El sol está en su punto más alto: son las 12 del día. El grupo de tamborileros avanza haciendo eco en el ambiente, custodiando a los enlistonados, al Caballo, al Mahoma de cochi, al Goliat; se dirigen a la plaza de San Bernabé para comenzar con la danza milenaria: una mezcla de la cultura árabe, española y zoque.
Ofrenda
Se trata de una ofrenda en honor al sol para pedir por las buenas cosechas, las abundantes lluvias y sobre todo, buena suerte en el combate entre el David y el Goliat. Dicen que si el Caballo con su látigo logra derribar al Mahoma, significa mal augurio para el pueblo. Por fortuna, este no cedió a los golpes esta vez. Lo que es una buena señal para Coita.
El tambor y el pito comienzan a entonar con toda su fuerza los sones transmitidos de generación en generación. Y los danzantes ejecutan sus pasos con maestría haciendo sonar sus cascabeles atados a sus pies.
En el otro costado de la iglesia, el cazador con los tigres libran una batalla a muerte por los monitos. Todas las generaciones participan en esta tradición: niños, jóvenes, adultos y abuelas que disfrutan del Carnaval Zoque Coiteco 2025 en una nube de talco que purifica el alma.
La gente aplaude con ímpetu ante la buena dicha de este ritual previo al Miércoles de Ceniza, mientras disfruta del tradicional curadito. La algarabía inunda el penúltimo día de fiesta. Así se vive el baile de plaza.