Baja escolaridad, factor de demencia en adultez
Especialistas señalan ciertos factores que ayudan a cuidar nuestro cerebro y prevenir estos padecimientos. Diego Pérez / CP

La geriatra con Alta Especialidad en Envejecimiento Cerebral y Demencias, Anamaría Rosales Vargas, comentó que hay factores que pueden contribuir a disminuir el funcionamiento cerebral y propiciar en la edad adulta el desarrollo de padecimientos como el Alzheimer.

Detalló que existen diferentes factores de riesgo que nos pueden condicionar a un deterioro cognitivo o cerebral, y que representan el 56 por ciento de alteraciones en el desarrollo de las demencias.

Actualmente en México y en el mundo se ha puesto énfasis en éstos, porque realmente se ha estudiado que son modificables. Uno de ellos es la baja escolaridad que se ha asociado al deterioro cognitivo hasta con 5.6 veces más de riesgo.

Estudios han reportado que al aprender y estudiar diversos temas y tareas que condicionan una frecuencia y un aprendizaje conjunto, lleva a generar más sinapsis aumentando la cantidad de vascularidad de las áreas cerebrales.

Por ello se recomienda aprender constantemente nuevas cosas para mantener activas ciertas áreas del cerebro que generen nuevas sinapsis (impulsos nerviosos eléctricos entre dos neuronas), con el objetivo de prevenir las demencias.

Otro factor es la falta auditiva. El humano empieza a perder audición por envejecimiento del oído, este proceso comienza aproximadamente a los 55 años de edad, aunque quizá en las nuevas generaciones se dé mucho antes debido al excesivo uso de audífonos, al ruido ambiental y que no hay una cultura de cuidar la salud auditiva.

La hipoacusia se asocia a la conversión de la demencia, debido a que provoca aislamiento, depresión; el no escuchar bien lleva a una mayor demanda cognitiva y puede disminuirla generando más atrofia. La recomendación es hacer un estudio periódico a partir de los 55 años.

La especialista refirió que la depresión también es un factor de riesgo, ya que ha tenido una asociación bidireccional en las demencias. Tanto la depresión crónica se asocia a generar demencia, como la demencia en edades tempranas puede generar depresión.

La depresión es una enfermedad real y no se cura fácilmente, requiere atención especializada debido a que hay estudios que comprueban que el cerebro no tiene la misma transmisión que tenía antes, por lo que se debe atender oportunamente.

Sobre todo porque puede provocar problemas como ansiedad o peor, insomnio, ya que al no dormir se pierden neuronas y por consiguiente se deteriora el cerebro. Hay muchos factores que se derivan de la depresión y que pueden beneficiar a una demencia.

Sin embargo, existen algunos no modificables como la edad, que si bien no predispone para tener demencias sí hace al cerebro más vulnerable, y si a eso se suma otro factor que se pudo cambiar desde mucho antes, el problema será mayor.

Otro factor es que en cuanto a género, las demencias se desarrollan más en mujeres adultas que en hombres, porque estadísticamente ellas viven un poco más que ellos; y el tercero es la predisposición genética, en lo que no se puede tener mucha injerencia.