En las aulas y patios de las escuelas primarias de Frontera Corozal, en la Selva Lacandona, se libra una batalla silenciosa por la preservación del chol, una lengua maya hablada por cerca de 245 mil personas en México. “Algunos llegan sin hablarlo, pero lo aprenden aquí”.
Un documento reciente publicado en Estudios de Cultura Maya destaca el papel crucial de las instituciones educativas para revitalizar esta lengua, amenazada por la creciente preferencia del español en ámbitos sociales, económicos y gubernamentales.
Convivencia
La investigación, liderada por Juan Jesús Vázquez Álvarez de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que, aunque el chol se transmite en el hogar, la ruptura generacional es evidente, pues muchos padres jóvenes priorizan el español para sus hijos, asociándolo a mayores oportunidades laborales y educativas.
No obstante, las escuelas emergen como espacios clave donde los niños y niñas, incluso aquellos que ingresan sin dominar el chol, lo adquieren mediante la interacción con sus compañeros.
“Durante los recreos, los juegos y actividades extracurriculares, los niños usan el chol de manera natural. Algunos llegan sin hablarlo, pero lo aprenden aquí”, explica un director de primaria local entrevistado para el estudio.
Obstáculos
A pesar de los esfuerzos, el estudio revela obstáculos estructurales. Aunque existen materiales educativos en chol, su uso en las aulas es limitado. Los docentes admiten carecer de capacitación para enseñar la lengua indígena y enfrentan presiones de padres que exigen priorizar el español.
“Tenemos libros en chol, pero muchos maestros no saben cómo aplicarlos. Además, algunos padres creen que el español es la única llave para el futuro”, señala Vázquez Álvarez.
La llegada de servicios como internet y televisión satelital, junto con mejoras en la conectividad vial, han acelerado el contacto con el español. Muchos jóvenes aspiran a migrar a centros turísticos donde el chol no tiene cabida. Sin embargo, el estudio destaca iniciativas escolares que promueven su uso, como campañas para normalizar la comunicación en chol entre estudiantes.
La Unesco clasifica a este idioma como “vulnerable”. Para revertir esta tendencia, el investigador urge a fortalecer la educación bilingüe a través de “políticas que capaciten a docentes e involucren a las familias y valoren el chol no solo como identidad, sino como herramienta pedagógica”.