Barberías, el puente laboral de la migración

El auge de las barberías en Tapachula es relativamente reciente, comenzó a aparecer desde hace cuatro o cinco años en diversos puntos de la ciudad. Estratificados por nacionalidad, barberos van y vienen por dos o tres meses mientras se resuelve su situación migratoria y continúan su viaje hacia el “sueño americano”.

El investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Iván Francisco Porras Gómez, presentó la investigación “Entre la estética y la migración. Las barberías en Tapachula”, durante la jornada posdoctoral “Fronteras en movimiento” del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (Cimsur) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Explicó que las barberías comienzan a vislumbrarse como un espacio de “anclaje temporal” y que muchos de estos espacios están en las zonas y calles del centro de la ciudad, las cuales se van distinguiendo una de otra de acuerdo a la nacionalidad.

“Encontramos barberías exclusivas para la población haitiana, y nos explicaban que no todos saben manejar el tipo de cabello que tienen; actualmente se buscan más a los barberos cubanos y venezolanos por los estilos dominicanos que ellos manejan”, detalló.

Las barberías están reconfigurándose, pues ahora es común ver cómo los “pequeños espacios o nichos” donde se espera el trámite migratorio, también fungen como espacios laborales y de ocio.

“Los cuartos que habitan los migrantes son pequeños, y con el calor y la humedad en Tapachula, muchos de ellos dicen que prefieren buscar un trabajo, salir y regresar nada más a dormir o descansar, ya que al esperar caen en depresión o se les hace más larga la espera”, expuso.

Sincretismo social

Las barberías forjan las redes migratorias, ya que en estas se construyen formas de ser, estar y habitar la ciudad, es decir, la comunidad migrante se apoya y crea oportunidades de trabajo para los paisanos de donde se valen para pagar las rentas y comidas durante su estancia.

“En uno de nuestros recorridos conocimos al ‘Jefe’, dueño de una barbería, quien comenta que es originario de El Salvador y que lleva varios años en Tapachula visibilizando el trabajo estético de las personas en movilidad. Él da lugar a barberos de su país, de Cuba, Guatemala y a una joven que se dedica a poner uñas”, narró.

Sobre la infraestructura, el investigador relató que es marcada, ya que los haitianos tienen formas austeras pero con un estilo que los paisanos identifican; otras nacionalidades mantienen diseños particulares, incluso parecidas a las barberías de Estados Unidos.

En todas predomina el ruido de las máquinas, paredes repletas de diseños de cortes actuales, suena fuerte el reggaetón y las pláticas “que se dan con normalidad”, con un costo promedio de 60 a 150 pesos, dependiendo el corte.