Batallón Chiapas: héroes del estado

Batallón Chiapas: héroes del estado

Chiapas dio su contingente de sangre cuando la patria estuvo en peligro. El primer contingente de la Guardia Nacional del Estado Batallón Chiapas, dirigido por el coronel Pantaleón Domínguez, “en los combates de mayo (1863), sufrió 21 bajas; tres muertos y 18 heridos”, resaltó el historiador José R. del Castillo.

Descalzos, con poco parque y a punto de comenzar la batalla, llegó el Batallón Chiapas a hacer frente a uno de los ejércitos más poderosos del siglo XIX: el Imperial Ejército Francés.

Eran hombres de Comitán, San Cristóbal de Las Casas y Tapachula, la mayoría de ellos indígenas y estaban al mando del general Pantaleón Domínguez.

Del Castillo detalla que el ejército chiapaneco formó parte de la Segunda División a cargo de Miguel Negrete e integrada en la 2a Brigada a cargo del coronel Mariano Escobedo, con el número 15 como distintivo en el Cuerpo de Ejército de Oriente.

Carlos Cáceres López en su libro, “Chiapas y su aportación a la República durante la reforma e intervención francesa”, explica que se trataba de un ejército recién formado y pilar de la identidad chiapaneca; tras el llamado nacional a la defensa de la patria por la invasión extranjera, Pantaleón Domínguez, tío de Belisario Domínguez, se trasladó con rumbo a Puebla.

En un inicio fueron más de 500 soldados los que marcharon al centro del país, pero no todos llegaron, pues muchos se quedaron en el camino por enfermedades y el cansancio que supone caminar aproximadamente mil kilómetros entre sierras y veredas.

Batalla de Puebla

En vísperas del asedio, el Cuerpo de Ejército de Oriente, que defendería Puebla, ascendía a la cantidad de 24 mil 828 hombres entre generales, jefes, oficiales y personal de tropa, divididos en tres mil 209 de Caballería, mil 296 de Artillería, 172 del personal sanitario y el resto de Infantería. Esta estaba distribuida en cinco divisiones.

El parte detallado que dio Ignacio Zaragoza aquel 5 de mayo de 1862, describe que a “las diez de la mañana se avistó el enemigo; desprendió sus columnas de ataque, una hacia el cerro de Guadalupe, compuesta como de cuatro mil hombres con dos baterías, y otra pequeña de mil amagando nuestro frente”.

Los chiapanecos no batieron contra los franceses en esta batalla. Su participación fue un año después, en el asedio de Puebla de 1863. En la batalla de 1862 el ejército nacional, a pesar de la superioridad en armamento de la fuerzas del conde Lorencez, detuvo dos veces al enemigo, provocando la retirada francesa.

En aquella tarde “las armas mexicanas se han cubierto de gloria”, escribió en un telegrama el general Zaragoza a Benito Juárez.

“Hasta las siete de la noche, emprendieron los contrarios su retirada a su campamento de la hacienda de Los Álamos, verificándolo después la nuestra a su línea. La noche se pasó en levantar el campo, del cual se recogieron muchos muertos y heridos del enemigo, cuya operación duró todo el día siguiente… aseguró que pasó de mil hombres entre muertos y heridos, y ocho o diez prisioneros”.

Digno reconocimiento

El registro de José R. del Castillo detalla que el Batallón Chiapas, para los embates en el asedio de Puebla de 1863, contó con 383 hombres.

El general González Ortega, descrito como un “digno general en jefe de un ejército de héroes”, dedicó unas palabras al Batallón de Chiapas en el parte que rindió al gobierno:

“Permítame vd., señor Ministro, hacer ante el Supremo Gobierno, aunque parezca inoportuno el lugar, una mención muy especial y altamente honorífica del tan pobre y lejano Estado de Chiapas, cuanto patriota y amante de la independencia y glorias de México. Ese Estado y su digno gobernador fueron de los que más se distinguieron en los servicios prestados al Ejército de Oriente”.

Guardia y orgullo

El 8 de septiembre de 1862, Zaragoza moría en Puebla. El presidente dispuso que se le hicieran al desaparecido los funerales más solemnes e impresionantes de que se tuviera noticia en los annales mexicanos; el 8 y 9 de septiembre los sobrevivientes dieron guardia al cadáver del general.

El Batallón Chiapas después del largo sitio (asedio) en 1863, fueron hechos prisioneros todos los oficiales chiapanecos tras la derrota; ya se los llevaban a Veracruz para deportarlos a la cárcel francesa de La Martinica, o darles pase seguro a su muerte en el Fuerte de San Juan de Ulúa.

Pero escaparon en el camino, menos el capitán Francisco Arellano, a quien fusilaron porque le pegó una bofetada al jefe de la escolta francesa, acto tras el cual los oficiales lograron huir para enlistarse de nuevo al ejército mexicano.

De hecho, en el “Catálogo alfabético y cronológico de los hechos de armas: Que han tenido lugar en la República”, el Batallón Pantaleón Domínguez tiene una participación de batallas en Chiapilla, el 4 de enero de 1864.