El consumo frecuente de bebidas energizantes puede convertirse en una adicción para cualquier persona, incluso en niños, por su alto contenido azúcar, cafeína y agua carbonatada, que estimulan el sistema nervioso central, disminuyendo la fatiga y el sueño de forma transitoria.
Casos
Su libre venta permite que niños la consuman de forma regular. Recientemente se dio el caso de un adolescente en Cintalapa, quien recibió atención médica porque presuntamente luego de ingerir una bebida energizante, sin haber desayunado, su presión arterial se elevó demasiado.
James Gómez Montes, especialista en salud pública, comentó que si la persona padece hipertensión, su presión arterial va ser mucho más alta y más difícil de controlar; porque a la par aumenta la frecuencia cardiaca, pasando de 60-80 latidos por minuto a más de 120, por la estimulación que generan.
Podría presentar en algún momento un automatismo ventricular y hasta una arritmia cardiaca; ahora bien, si hay colesterol alto y la persona tiene cierta predisposición para el infarto y lo desconoce, estas bebidas pueden acelerar el riesgo.
El especialista en nefrología, Sergio Hernández, refirió que la incidencia de problemas de salud renal en la población adulta mexicana es delicada, afecta aproximadamente al 12. 2 % de los adultos. Uno de los factores que lo desencadenan es precisamente el consumo excesivo de bebidas energizantes.
Aunque pudiera pensarse que estas, populares por su capacidad para incrementar la energía y la concentración, hidratan más, lo cierto es que contienen altas cantidades de cafeína, azúcares y otros estimulantes, que pueden afectar la salud renal.
Entre los factores de riesgo asociados al consumo de estos productos, mencionó que la cafeína actúa como diurético, aumentando la posibilidad de deshidratación si no sé compensa con una ingesta adecuada de agua.