El bombardeo de semillas en las zonas que más han resultado afectadas con la desaparición de la vegetación es una opción que podría ayudar a recuperar la masa forestal de la entidad con una inversión menor a lo que se gasta en otros rubros, enfatizó José Antonio Camacho Portillo, piloto comercial.
La actividad a nivel local, dijo, se ha hecho con recursos propios; en el 2019 se realizó una importante actividad en el cerro Nambiyugua (Villaflores). Una situación similar se ha hecho en la zona de El Parral y frente al aeropuerto Ángel Albino Corzo.
La preparación de las especies
Se recolectan semillas de huanacaxtle; se dejan en agua 24 horas antes de encapsularlas en sustrato, sin embargo, ahora llevarán un líquido especial para que puedan germinar. El siguiente paso es tirarlas en los cerros, donde el acceso a los humanos es más complejo y costoso.
Ahí las pelotitas quedan invernando, es decir, esperan la humedad (las lluvias) y son aisladas de sus depredadores naturales. Al ser una estrategia pensada a largo plazo debe considerarse que un árbol (dependiendo la especie) puede llegar a la edad adulta pasados los 20 y hasta 40 años.
También se han liberado semillas de árboles de primavera, cedro, caobilla, caoba y hasta pino.
El “Capitán” Camacho calculó que de 2019 a la fecha se han tirado unas cinco millones de semillas de varias especies, con una tasa de éxito de 18 %, porcentajes que superan a programas federales que apenas rondan en un 8 %.
Iniciativa se replica
El proyecto, señaló, ha crecido y ha implicado que medios internacionales documenten la actividad; también algunas entidades como Jalisco se han sumado para la realización de pruebas pilotos.
Este proyecto surgió después de tantos años de volar por la entidad y otros puntos del país en los que ha observado la deforestación. Durante 2019, explicó, miró una cantidad de incendios que también estaban impactando en el paisaje.
El “Capitán” Camacho (como se le conoce) relató que la idea que ha implementado en Chiapas también notó que algún momento se hizo en Tailandia y Kenia. La respuesta de la población a nivel local ha sido clave para apoyar el proyecto.
Se espera que en este 2023 se retome la actividad desde la visita de escuelas, para hacer conciencia en los jóvenes para que se sumen a la recolección de semillas, hasta tirar las bombas de semillas a través de rodadas en bicicletas.
Para este año se tiene pensado hacer la reforestación en Comitán, ahí los infantes participarían junto a su familia en el encapsulado de las semillas. Se prevé hacer algo similar en Tapachula, todo con la finalidad de generar sensibilidad sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
El “Capitán” Camacho confió en que en algún momento este proyecto pueda retomarse, por parte de las autoridades locales, como parte de una política pública que permita atender las complejidades que se enfrenta con el medio ambiente.