En el marco del Día Internacional contra el Acoso Escolar, la psicóloga Geraldine Morales Morales alertó sobre el impacto emocional que esta problemática representa en Niñas, Niños y Adolescentes (NNA); reiterando la importancia de no minimizar estas conductas.
Cada 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Acoso Escolar, también conocido como Día contra el Bullying, con el objetivo de visibilizar una problemática que afecta a millones de NNA en todo el mundo.
La fecha fue designada oficialmente en 2013 por asociaciones de padres y organizaciones no gubernamentales en España, y desde entonces ha sido adoptada globalmente como una jornada de reflexión y acción.
En México, el bullying es una preocupación creciente. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país ocupa uno de los primeros lugares en casos de acoso escolar, con siete de cada 10 infantes que han sido víctimas de algún tipo de agresión en el entorno escolar.
A nivel legal, existen esfuerzos para combatirlo, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes incluye disposiciones para garantizar un entorno libre de violencia en las escuelas.
En Chiapas la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece la obligación de las autoridades educativas de prevenir, atender y erradicar toda forma de maltrato, incluido el acoso escolar.
Morales Morales explicó el impacto que el acoso escolar genera en los NNA.
“El bullying deja marcas profundas. Puede generar ansiedad, depresión, baja autoestima, bajo rendimiento escolar e incluso llevar a pensamientos suicidas. Es vital que las escuelas y las familias estén atentas y actúen pronto”, comentó.
Prevención conjunta
Así mismo, la especialista señaló cuál es el papel que desarrolla tanto la familia como el personal educativo en la detección de esta problemática.
“Son los primeros filtros de contención. Padres, madres y docentes deben fomentar una cultura de respeto y actuar cuando noten señales de alerta: cambios de conducta, aislamiento, miedo de ir a la escuela o quejas recurrentes”, añadió.
Por otro lado, la psicóloga enfatizó en que la escuela tiene un papel clave en la prevención.
“Se debe fomentar un clima de respeto, formar al personal en la detección e intervención, establecer protocolos claros, promover programas de educación emocional y trabajar en la construcción de una cultura de cero tolerancia al acoso”, explicó.
Finalmente, Geraldine Morales recalcó que pedir ayuda ante esta situación es un acto de valentía y no de debilidad.
“Los niños y adolescentes que estén pasando por esta situación, deben saber que no están solos. Es fundamental pedir ayuda, hablarlo con un adulto de confianza, esto es un acto de valentía, no de debilidad. El silencio solo prolonga el sufrimiento”, concluyó.