Cambio climático y uso de suelo afectan vegetación

Hoy día con la destrucción de la vegetación original de muchas zonas naturales, todas las especies de flora están en riesgo, “no hay una especie que se pudiera decir que está por desaparecer, ya que está por desaparecer la gran mayoría”, manifestó el investigador independiente en la flora, Carlos Romel Beutelspacher Baigts.

El también editor de la revista Lacandonia de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, mencionó que al menos el 75 % del territorio chiapaneco está deforestado o con vegetación original desaparecida por diversas causas, como uso agropecuario, hay pastizales y cultivos; solo el 25 % sobrevive y de eso ya son áreas que está siendo impactadas.

Por ejemplo, una parte de la reserva El Ocote que da hacia la carretera a Las Choapas, hay colonias cercanas que están impactando con el acarreo de árboles, incluso, recientemente publicaron un artículo en la revista sobre la deforestación que está recibiendo la zona por las colonias aledañas.

Indicó que además del impacto del ser humano, el cambio climático también es un factor para la deforestación, hay especies que no van a sobrevivir a esas alteraciones climáticas; también los incendios son un factor de riesgo importante ante las largas sequías y altas temperaturas que hay cada año.

Enfatizó que al haber menos árboles y cobertura vegetal hay menos lluvias, se comienza a alterar todo el ciclo de precipitación, lo que dificulta la retención de agua, facilitando la generación de incendios y el deterioro de los suelos.

La protección de las reservas y áreas naturales protegidas es importante para conservar millones de especies de flora y fauna. Reconoció el trabajo que hacen instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural.

Sobre El Ocote dijo que una de sus peculiaridades por las que se ha conservado, es que no hay agua superficial, porque tiene suelos calizos o kársticos, es decir, toda el agua de lluvia se filtra y se va al río La Venta, lo que ha evitado que los ganaderos se introduzcan para talar y hacer potreros.