Ante el despojo de los territorios de los pueblos por la “hidra capitalista”, la privación de la libertad en las cárceles que son “espacios de exterminio”; lo que llaman el “polo de desarrollo en la frontera sur y enfrentar las políticas migratorias del nuevo presidente de Estados Unidos, es necesario unirse y organizarse, se planteó en el conversatorio realizado este domingo en el marco de las actividades de “Enero Zapatista, ‘La Tormenta y el Sol en nuestras geografías, conexiones entre territorio Kumiai y Chiapas’”.
En este contexto, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) afirmó que de 2023 a 2024 documentó la existencia de 15 mil 780 víctimas de desplazamientos forzados en Chiapas por la violencia, cifra similar a la que ocurrió a partir de 1994 cuando sucedió el alzamiento armado zapatista.
Estela Barco, de la organización llamada Desarrollo Económico y Social de Los Mexicanos Indígenas, Asociación Civil (Desmi), dijo que “la hidra capitalista es la causante, con sus múltiples cabezas, de esta tormenta que vivimos y que no es nueva que trata sobre el despojo de los pueblos y de los bienes comunes que todavía tienen”.
Añadió que “los Estados son cómplices de la hidra capitalista, pues facilitan a las empresas el trabajo, el robo y despojo. Esta guerra que enfrentamos los pueblos fue desatada por la hidra para seguirse reproduciendo: el despojo de la tierra, la cultura, las semillas, las libertades, el territorio”.
Señaló que, “con la idea del desarrollo, los gobiernos facilitan los megaproyectos, argumentando que habrá trabajo, bienestar y mejora económica. Pero cuando no lo han podido lograr, hacen uso del despojo, implantan la violencia en los territorios para atemorizar. La violencia y el terror es lo que más se ha vivido en los últimos años en Chiapas para que el crimen lleve a cabo el despojo de los bienes con la complicidad de los gobiernos municipales, estatal y federal, negando lo que sucede en esos territorios”.
Carlos Ogaz, del Frayba, manifestó que “la realidad que nos impone el sistema es de guerra, de genocidio. En Chiapas la guerra está reflejada en tres tipos de violencia: la que tiene que ver con la disputa del territorio por el crimen organizado; la contrainsurgente que llevan a cabo organizaciones de corte político y social armadas vinculadas con el Estado mexicano que disputan los territorios de quienes luchan por la vida y defienden la autonomía, así como los grupos criminales que tienen funciones y muchas veces el control de asambleas, de municipios y de presidencias municipales”.