El Centro de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) No. 15 Copainalá, fue la cárcel peor calificada en Chiapas en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2023, un documento producto de las supervisiones que realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
La evaluación que realiza la CNDH, está basada en un rango del 1 al 10; los 14 centros de reinserción en Chiapas tienen una calificación general de 6.01. Las de mejor calificación son el CERSS No. 4 Femenil de Tapachula y el No. 3 de Tapachula, con 7.76 y 7.32 puntos respectivamente.
Reprobadas
Las prisiones que reprobaron y aparecen subrayadas con rojo en la escala de evaluación son el CERSS 17, de Playas de Catazajá con 5.04 puntos. El Centro No. 16 Ocosingo con cinco puntos. El CERSS No. 5 de San Cristóbal de Las Casas (4.84) y el CERSS No. 15 de Copainalá con 4.78.
Se trata de un centro pequeño que tiene capacidad para albergar a 120 personas privadas de la libertad; sin embargo, el Sistema Informático de Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria detalla que tiene una población de 64 personas.
Esto le dota de una buena calificación en cuanto a la distribución de presos y de no tener un sobrecupo de personas con respecto a su capacidad; otra buena observación que tuvo este CERSS, es la inexistencia de cobros, extorsión o sobornos.
Deficiencia en la atención a personas privadas de la libertad en condiciones de aislamiento; faltas de servicios de salud; nula prevención de violaciones a derechos humanos y de atención en caso de detección; falta de supervisión del funcionamiento del centro por parte del titular, son algunos de los aspectos que le faltan a esta cárcel para garantizar la integridad de las personas.
También se subrayan deficiencias en la alimentación, malas condiciones de higiene, falta de áreas deportivas; falta de capacitación del personal penitenciario y del personal de seguridad y custodia; deficiente separación entre procesados y sentenciados; e inexistencia de actividades educativas, laborales que permitan una reinserción social adecuada.
Además que no hay atención para personas indígenas ni programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.