Alejandro Hernández, coordinador de The Nature Conservancy (TNC) en Chiapas, consideró a las carreteras como nuevos frentes de deforestación, esto en vista de diversas fotografías difundidas vía redes sociales de la ausencia de vegetación en la autopista Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal de las Casas.
“Es verdad que cuando se abrió la autopista había bosque y ahora, se ven áreas completamente pedregosas. Es muy evidente la deforestación en la zona”, explicó.
Hernández consideró que no es cuestionable la necesidad de vías rápidas, pero sí que estén planeadas y prevean un impacto ambiental.
“Las carreteras siempre abren espacios para nuevos frentes de deforestación. Esta es una realidad. Nadie ha podido parar eso. Entonces creo que sí debemos ser muy cuidadosos y que esta planeación de carreteras evite áreas de bosque”, dijo.
El especialista reflexionó a las áreas de bosque como nuestro seguro de vida frente al cambio climático, por tanto, de no tenerlas, podría irnos peor.
“Tenemos que evitar que estas vías pasen por áreas forestadas, debemos evitarlo al máximo. Y la otra es la restauración y reforestación de áreas degradadas”, añadió.
Puntualizó en el avance de los espacios para la agricultura y la ganadería en Chiapas, las cuales han canalizado en ubicaciones cercanas a incendios forestales. Sin responsabilizar a las y los agricultores, invitó a ubicar programas más sólidos con el fin de identificar nuevas formas de producción.
El especialista identificó la necesidad de exponer dicha información a la parte primaria de la producción, ya que existen programas más resilientes con el cambio climático con ventajas como mejor producción, recuperación de lo suelos y mejor captación de agua.
“Entonces creo que tenemos que hacer eso para evitar que las áreas agropecuarias, por no ser productivas, se expandan en áreas de bosque, así como recuperar la productividad y la rentabilidad de las actuales áreas agrícolas y ganaderas, eliminando las quemas como una práctica normal”, finalizó.