Casa geriátrica, refugio para la tercera edad

La Casa Geriátrica que se ubica en Plan de Ayala en la capital de Chiapas, y que depende del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (Isstech), se ha convertido en un centro de día en el que conviven los adultos mayores y pueden disfrutar de una serie de actividades que mejoran su estado de salud y bienestar.

Con estas acciones, el instituto permite a estas personas tener un envejecimiento activo y saludable; en este espacio los derechohabientes pueden recibir terapias ocupacionales, las cuales buscan mejorar las motricidades finas del ser humano, que van desde tomar un celular hasta pintar.

Beneficios en la salud

Darinel Navarro Pineda, jefe de la Casa Geriátrica, explicó que en este espacio también se ofertan ejercicios que ayudan a que los pacientes tengan la capacidad de mejorar su memoria, además de que se promueve la activación física, danza y recreación.

La atención a las personas de la tercera edad también se extiende a la parte clínica, es decir, si tienen alguna eventualidad menor pueden ser atendidos; de lo contrario, tienen que acudir a unidades más especializadas.

La zona de rehabilitación física es clave para aquellos pacientes que enfrentan problemas en alguna extremidad del cuerpo; desde el 22 de noviembre de 1994 la Casa Geriátrica cambió la forma en que las personas mayores de 60 años envejecen, ahora lo hacen con más alegría y dignidad.

Los requisitos para ingresar

Navarro Pineda mencionó que uno de los criterios para recibir los beneficios es que las personas tienen que ser derechohabientes, deben acudir al área de Trabajo Social, tener 60 años o más y deben pasar a una revisión general.

Actualmente se atiende a una población de 80 usuarios (sin embargo, se han registrado hasta 94 en otros momentos para las terapias ocupacionales), los números se elevan de forma exponencial cuando se hace referencia a la parte médica; en ese lugar han atendido hasta 600 pacientes cada mes.

Evolución de los pacientes

Una de las novedades que han observado los trabajadores de la Casa Geriátrica, es que los pacientes obtienen una mejoría a través de tratamiento no farmacológico; como un sólo ejemplo, los pacientes que asisten a los talleres han expresado que se han retirado los síntomas relacionados con la depresión o el estrés, debido a que encuentran compañeros con quienes comparten vivencias.

“Eso es bueno, lo que necesita el adulto mayor es que se ocupe en algo; nosotros le brindamos esa ocupación enfocada a las diversas áreas que ellos padecen para que mejoren o, por lo menos, para que no se deterioren tanto sus problemas médicos”, enfatizó Navarro Pineda.

La Casa Geriátrica funciona en todas sus áreas en un horario que va desde las 7:30 am y hasta las 15:00 horas, de lunes a viernes. En su composición es un lugar único en todo el sureste mexicano y fomenta temas sociales, culturales y de salud.

Alimentos saludables a los pacientes

Laura Solís Estrada, nutriológa-gerontóloga, se encarga de brindar orientación en alimentación a los adultos mayores; la idea es que los pacientes cambien -de forma paulatina- aquellos productos que no son tan saludables y que pueden afectar más a quienes padecen enfermedades crónicas degenerativas.

En su opinión, es difícil quitar esos usos y costumbres en el consumo de aquellos alimentos que no abonan en la parte nutricional, sin embargo, el personal explica los motivos por los cuales se tienen que disminuir las porciones diarias.

Solís Estrada detalló que cada paciente trae una necesidad diferente y los artículos alimenticios van cambiando en función de los problemas de salud que registren. Una de las constantes que se ha observado, es que los adultos mayores llegan con una sensación de soledad y hasta de abandono familiar.

Primera vez y revisiones

José Luis Velasco Chanona, médico de Consulta Externa, mencionó que los pacientes que se revisan son aquellos que llegan por vez primera a la Casa Geriátrica y también los que acuden a sus revisiones de forma periódica. El chequeo de rutina, explicó, consiste en un interrogatorio y una revisión clínica; a partir de ello se emiten los diagnósticos y tratamientos.

Lo que más se detecta en las personas de la tercera edad, explicó, son casos de hipertensión, diabetes, cardiopatías y aquellos padecimientos crónicos que son comunes en pacientes mayores de 60 años.

“Podemos hablar en una palabra que son situaciones de deficiencia a nivel general; deficiencia cardíaca, renal, cerebral, con problemas de desplazamiento”, complementó el médico.

Testimonios de bienestar

María Gloria Jiménez de la Cruz es una de las personas que asiste con frecuencia a la Casa Geriátrica; ella resalta la convivencia y el buen trato que brinda el personal. Pertenece, junto a otras 20 compañeras, a un grupo de danza y van a bailar a donde las invitan; incluso, antes de la pandemia habían participado en eventos nacionales.

En la parte de la cancha ensayan con frecuencia para estar preparadas para el momento en que sean llamadas; desde hace ocho años acude a realizar una serie de actividades y aprovechó el espacio para decirle a las personas de la tercera edad a que se den la oportunidad de realizar otro tipo de actividades.

Acude desde las 10:00 am y hasta las 12:00 del día, en esos 120 minutos de convivencia hace calentamiento y ensayan los bailes.

En una situación similar se encuentra doña Lilia Tipacamú, quien tiene 80 años de edad, pero más de 15 años de acudir a la Casa Geriátrica. Ella agradeció a su profesor de danza, a los trabajadores y a quienes acuden al sitio. Su familia está contenta, debido a que esa actividad le ha permitido conocer amistades y aprender nuevos oficios.

Margarita Jiménez de la Cruz, desde los 48 años realiza actividades de danza debido a la recomendación de su cardiólogo; hoy tiene 68 años y está feliz de la vida, con mucha tranquilidad describe a la casa como un lugar recreativo y espiritual; además, dice, los pacientes que llegan tienen una recuperación física y es muy notoria.

Desde hace cuatro años Liliana Vázquez Méndez llegó a la Casa Geriátrica por las terapias acuáticas; después se sumó al grupo de danza que dirige el maestro Gonzalo.

Ella invitó a las personas que están en la edad -y que son derechohabientes- a que acudan, pues se trata de un lugar que cambia la vida, se deja a un lado la tristeza y se comparten nuevas actividades con una familia que está llena de mucha fe, amor y cariño.