La investigadora de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), Silvia Ramos Hernández, informó que entre 200 y 300 sismos ocurren cada año en los alrededores de los volcanes activos que tiene la entidad (Tacaná y Chichonal), pero eso no quiere decir que sea riesgoso, pues se trata de una actividad habitual en esos sitios.
Mencionó que un coloso como el Chichonal, además de estar activo, supone una serie de procesos en los que están involucrados los movimientos telúricos, la propia temperatura del cráter y hasta los gases.
“Digamos que es una actividad normal dentro de su condición de volcán activo en nuestra región. Igualmente en el caso del Tacaná, tiene una actividad sísmica permanente”, remarcó.
Ramos Hernández explicó que por debajo de un volcán, hay actividad importante que se relaciona con el sistema de recarga de acuíferos, las aguas que penetran por el cráter.
Bajo esas condiciones, esos espacios siempre tendrán actividad sísmica pero muchos de baja magnitud y rondan entre 1.5 y 2.5, y no son perceptibles ni siquiera para gente que vive en los alrededores.
Capacitaciones
La investigadora en Chiapas, enfatizó que en las comunidades se han brindado procesos de capacitación y educación, tanto a la población adulta como a las juventudes con la intención de que conozcan de un plan preventivo ante cualquier riesgo en el volcán.
Para tranquilidad de la ciudadanía, dijo, no hay ningún riesgo en los parámetros que muestra el Chichonal. Ahora se tiene una gran ventaja con el monitoreo permanente y cualquier eventualidad se comunicaría de inmediato.
Comentó que a nivel local hay alrededor de 400 mil personas que viven cerca a los volcanes activos; en una de las fotografías compartidas por la doctora Silvia, se observa el color del agua en uno de los sitios en los que hay vigilancia sísmica y geoquímica.