La iglesia católica, a través de la diócesis de Tapachula, realizará actividades relacionadas con la celebración de la Semana del Migrante y del Refugiado, del 29 de septiembre al 05 de octubre, en la cual se busca sensibilizar la situación de la migración en la frontera sur y llamar a la población a ser empática con las personas que dejan su lugar de origen en busca de mejores condiciones de vida.

El administrador de la diócesis de Tapachula, Agripino Méndez Victorio, dio a conocer que retoman el plan diocesano de pastoral 2022-2027, por lo que es necesario recordar que como iglesia samaritana se necesita en cada uno de sus miembros ser hospitalarios y solidarios con los hermanos que dejaron su país de origen.

En ese sentido, se ha señalado que a través de las Dimensión Pastoral de Movilidad Humana se invita a los católicos a la procesión solemne en la que estarán presentes migrantes, refugiados y agentes de la pastoral, mismos que saldrán del reloj floral y que posteriormente se realizará una eucaristía intercultural en la parroquia de San José El Edén, en Tapachula.

Dijo que es urgente que como familia diocesana se evite toda clase de racismo, discriminación, rechazo y xenofobia contra los hermanos migrantes, que salieron de sus hogares huyendo de la violencia, por su seguridad y en busca de mejores condiciones de vida.

Hizo un llamado a las autoridades para que no haya muros que separen a las personas ni tratos inhumanos para migrantes que se encuentran en la frontera sur.

Hizo referencia al mensaje del Papa Francisco que señala que, “todos estamos en la misma barca y llamamos a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, es necesario que no haya más los otros, sino solo un nosotros, tan grande como toda la humanidad”.

Indicó que esta semana debe servir a la sociedad y a todos los hombres al llamamiento a caminar hacia un “nosotros” más grande, e indicó que el precio más elevado lo pagan quienes más fácilmente pueden convertirse en los “otros”: los extranjeros, los migrantes, los marginados, que habitan las periferias existenciales.