“Las causas no han cambiado sustancialmente, lo que ha cambiado es la globalización de las causas, es decir, lo que tenemos es cada vez mayor cantidad de personas que se están viendo obligadas a desplazarse”, destacó el titular del Grupo de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultura del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Enrique Coraza de los Santos.
El especialista destacó que el concepto migratorio es una construcción social, el cual tiene su origen en el siglo XVII y XVIII, generado de la confrontación de dos formas de ver el mundo.
La movilidad humana, dijo, está asociada al tema del control de la mano de obra y la fuerza de producción, en la cual “lo que se intentaba era controlar a las personas dentro de un espacio determinado, y eso generó dos filosofías: una nómada, la cual fue mal vista, y la del sedentarismo”.
Esta última propició los conceptos de arraigo, pertenencia y comunidad, mientras que “a todo aquel que se mueve fuera de esos términos suele ser considerado como un peligro, un enemigo, o el que trae la amenaza, y esto lo hemos seguido perpetuando hasta el día de hoy”.
La movilidad es parte de la normalidad y de nuestras vidas, “podemos afirmar que, prácticamente, todos y todas tenemos a alguien en nuestras familias, y nosotros mismos también hemos emigrado o movido de diferentes formas”, dijo el investigador.
Violencia institucional, quiebres en los sistemas democráticos, guerras civiles o desastres económicos que tienen consecuencias en los sistemas económicos o sociales, son motivos de movilidad, y en todas, dijo, “ya sea un científico o un trabajador de fábrica, se busca la posibilidad de desarrollo de él y de su familia”.
“La globalización se ha introducido en los movimientos migratorios con consecuencias directas sobre las rutas de movilidad que ya están instaladas desde hace años; mientras lo que están buscando los migrantes es llegar más rápido e íntegros a su destino”, finalizó.