Cautiva la Reina Roja a medio millar de nipones

Más de medio millón de visitantes admiraron el ajuar de la Reina Roja de Palenque, tras su recorrido por tres museos de Japón. El Instituto de Antropología e Historia (INAH) determinó que la exposición itinerante “México antiguo: maya, azteca y Teotihuacán” fue un éxito e impuso un récord de asistencia.

La muestra fue organizada por la Secretaría de Cultura federal, a través del INAH, la productora Nippon Hoso Kyokai y los Museos Nacionales de Tokio, de Kyushu y de Arte de Osaka, mismos en los que se exhibió de junio de 2023 a mayo de 2024; su recorrido por estos tres museos de Japón, alcanzó la cifra de 556 mil 715 visitantes.

Las obras que integraron la muestra pertenecen a las Zonas Arqueológicas de Palenque, Toniná, Teotihuacán, Templo Mayor y sus museos de sitio, así como al Museo Nacional de Antropología, el Museo Regional de Antropología de Yucatán, Palacio Cantón, el Proyecto Templo Mayor, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia y el Gran Museo del Mundo Maya, de Mérida.

¿Quién fue la Reina Roja?

En 1994, un equipo de especialistas del INAH, comandados por el antropólogo Arnoldo González, descubrió en el edificio XIII, a un costado del Templo de las Inscripciones que resguarda la tumba del rey Pakal, un gran sarcófago de piedra con los restos de una mujer cubierta por completo de cinabrio, un mineral rojo carmesí difícil de conseguir que solo se utilizaba en pequeñas cantidades, por lo que el vasto uso llevó a que se le denominara la Reina Roja.

González Cruz describe que se trata de un misterio por la “ausencia de inscripciones, lo que no permite que pueda conocerse la identidad del personaje femenino enterrado. Por esta razón, de manera provisional se le ha llamado la ‘Reina Roja’”.

“Se puede apreciar que su rango social fue elevado, puesto que después de la tumba de Pakal, es dentro de Palenque el entierro más elaborado. Sin embargo, la ausencia de textos glíficos que acompañen a la tumba real no debe resultarnos extraño”, explicó.

Los estudios más recientes determinaron que era una gobernante de esa antigua urbe maya por dos emblemas de la realeza: una pequeña concha esgrafiada y un rosetón con los rasgos sobresalientes de un mono araña. Juntos formaban un medallón con la representación del dios Sol en la parte inferior del tórax y sujeto al pectoral.