Caza furtiva y quemas: la mayor causa de incendios

La caza furtiva, una práctica ilegal de cazar animales silvestres en su hábitat natural, ya sea en Áreas Naturales Protegidas (ANP) que buscan conservar los ecosistemas, permitir la adaptación de la biodiversidad y enfrentar los efectos del cambio climático, son el mayor riesgo para provocar incendios en esta temporada de estiaje con duración aproximada de seis meses, hasta que se registren las primeras precipitaciones pluviales en mayo de 2025.

Las técnicas ilícitas que utilizan los cazadores furtivos son el mayor riesgo de siniestros, señaló el coordinador de Incendios Forestales en el Soconusco, Andrés Cabrera Trinidad, quien expuso que ante esta práctica ya los incendios forestales se han adelantado en la zona, poniendo en jaque a los combatientes de siniestros.

Expuso que la semana anterior se combatió uno de los primeros incendios forestales que se registró en la Reserva de La Encrucijada, misma que afectó una extensión de 10 hectáreas (ha), principalmente de tulares.

Ante esta situación provocada por personas que actúan al margen de la ley, ellos mantienen monitoreo permanente en los municipios considerados como focos rojos en cada temporada, debido al número de siniestros que se presentan, entre estos Mapastepec, Villa Comaltitlán, Huixtla y Mazatán.

Reporte

Según estadísticas, el año pasado se registraron 32 incendios, los cuales causaron afectaciones en aproximadamente dos mil 45 ha entre forestales y tulares en los municipios del Soconusco, siendo La Encrucijada la más afectada.

Ante prácticas ilegales que ponen en riesgo a la naturaleza porque utilizan fogatas para la captura de casquitos, iguanas y otras especies, esto presuntamente originó el incendio forestal, por la fecha considerado como adelantando.

El coordinador expuso que el personal trabaja en la capacitación de brigadas comunitarias y mantienen coordinación de esfuerzos con otras instituciones para reforzar la vigilancia en puntos estratégicos y evitar en lo posible incendios originados por la actividad humana, ya sea por quemas agrícolas o caza furtiva, tanto en la Biosfera del Volcán Tacaná como en La Encrucijada.