La celebración de Día de Muertos es una de las más especiales del año, y en el panteón municipal de Tuxtla Gutiérrez se festejó en grande la vida de los seres queridos de muchas familias.
Los colores amarillo y morado de las flores de cempasúchil y de seda formaron una gran marea que prácticamente cubrió los pasillos del panteón municipal de Tuxtla Gutiérrez, en donde la música tradicional mexicana, las maderas que cantan, el sonido de los tambores y pitos, así como el del organillo, se mezcló con las voces de cantantes mexicanos consagrados, entre las que destacó la voz de Pedro Infante.
Aquí se celebra la vida, pues pocas veces como este 2 de noviembre, se observa al panteón tan concurrido y alegre.
En las afueras del llamado panteón viejo, los puestos de venta de flores, comida y frituras colman las amplias calles de los barrios Santa Cruz y San Roque.
La familia García Archila acostumbra a acudir de manera anual a rememorar principalmente a sus padres, quienes en vida les heredaron la alegría y la unión familiar.
Los seis hijos y una decena de nietos de los señores Ángel García Ruiz y Arquelia Archila, así como los tíos Esther García y su esposo Silverio Almazán, descansan en una de las capillas del camposanto tuxtleco.
María de los Ángeles, quien es hija de los señores Ángel y Arquelia, comentó: “Como cada año, nos reunimos con nuestros familiares para recibir a nuestros seres queridos, que de alguna manera físicamente no están con nosotros, pero están en nuestro corazón y en nuestro pensamiento”.
“Aquí en esta capilla se encuentran nuestros papás, se encuentran unos tíos también; siempre venimos a festejarlos, a estar unidos porque ellos eran personas que cuidaron mucho la cuestión de la unión y ese gran legado que nos dejan”.
Reconoce que en esta ocasión no podía faltar la marimba, pues sus padres disfrutaban de esta música, ya que eran personas muy alegres y seguramente el cielo también está de fiesta.
La familia, incluyendo a uno de los hermanos de la señora María de los Ángeles, acuden a esta reunión, a pesar de que él vive en la ciudad de Xalapa, Veracruz.
Apunta que los aromas y los sabores de los dulces, la calabacita y el café los transportan a los recuerdos de las épocas en las que sus padres vivían.