Víctor Suárez, Subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), se reunió con productoras y productores representantes de los 124 municipios de Chiapas, en San Cristóbal de Las Casas, con el fin de identificar los logros obtenidos en el proceso de transición agroecológica que llevan a cabo a través de la estrategia de acompañamiento técnico del programa “Producción para el Bienestar”.
Suárez fue recibido con una ceremonia en la que se agradeció por los alimentos que se tienen y que se han podido producir en esta parte del sureste mexicano. La actividad se realizó entre música, rezos, baile, ropas y listones de colores que rendían culto a la vida, manifestada a través del maíz, limones, mangos, cacao, calabaza, frijol, café, semillas, chayotes y plátanos; todo un festín agroecológico.
Superación de agroquímicos
Cristino Balcázar Coronel, productor del municipio de Venustiano Carranza, reflexionó sobre la superación de los agroquímicos para trabajar con la tierra, en cambio, ahora utilizan bioinsumos y lixiviados que les ha ayudado a mejorar sus productos.
“Ahora, las mazorcas ya están más rellenas y el suelo se está recuperando. Me ha ayudado mucho el cambio que he hecho desde hace cuatro años y el apoyo del técnico”, externó.
Mientras tanto, Bizael Cruz, otro productor, consideró a las escuelas de campo como un espacio fundamental para sacar adelante a los productores: “Se han formado para que protejamos, conservemos y sigamos rescatando nuestras semillas criollas”.
Escuelas de campo
Las escuelas de campo se constituyen sobre parcelas de productores beneficiarios de apoyos directos del programa Producción para el Bienestar y su Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT). Estos son lugares donde productores, productoras, técnicos y técnicas se reúnen, dialogan, intercambian conocimientos y experiencias de prácticas ancestrales y técnicas modernas, y ponen en marcha actividades productivas orientadas a la transición agroecológica, libres de maíz transgénico y glifosato.
Estas escuelas son punto neurálgico del desarrollo de la EAT, cuya operación ocurre en alianza de la Secretaría de Agricultura con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).
Participan preferentemente las y los productores beneficiarios de apoyos directos de Producción para el Bienestar y también pueden hacerlo aquellos que son vecinos de la comunidad donde se ubica cada ECA. El único requisito es apostar por la agroecología.