En el centro de Tuxtla Gutiérrez, donde la modernidad y la tradición se entrelazan, se erige el imponente Centro Cultural de Chiapas “Jaime Sabines”, un espacio dedicado a la difusión del arte, cultura e historia de la región. Desde su inauguración en el año 2000, este recinto se ha convertido en un punto de encuentro para artistas, académicos y ciudadanía con ansias de enriquecer su conocimiento y sensibilidad artística.
Espacio de cultura y conocimiento
Al ingresar al Centro Cultural, la atmósfera cambia. La escultura de Jaime Sabines, el poeta chiapaneco que da nombre al lugar, vigila y protege a los visitantes con la fuerza de su mirada inmortalizada en bronce. Adentro, los muros cuentan historias a través de murales que reflejan la cosmovisión, los mitos y las luchas de los pueblos chiapanecos.
El recinto alberga una biblioteca pública con una vasta colección de libros, incluyendo textos especializados en la cultura chiapaneca y mesoamericana. Los ejemplares conviven con auditorios, galerías de arte y un ágora donde se llevan a cabo espectáculos al aire libre; que van desde danza folclórica hasta conciertos de música tradicional y contemporánea.
Un respiro
Justo frente al emblemático edificio, se extiende el recién remodelado parque 5 de Mayo, un lugar de descanso y convivencia. Bajo la sombra de frondosos árboles como laurel, flamboyán y malitisguate; las familias se reúnen, los jóvenes practican deportes, y los artistas callejeros muestran su talento. Además, es un espacio ideal para disfrutar de una de las actividades más chiapanecas como lo es comprar un esquite o tomar un raspado.
Un complemento perfecto para el Centro Cultural, ya que ofrece un equilibrio entre la contemplación artística y el contacto con la naturaleza.
Voces
Para Mariana Gómez, maestra de secundaria, este sitio no es solo un simple sitio de paso, sino uno que es inspirador.
“Para mí, el Centro Cultural “Jaime Sabines” es un pilar en la educación de nuestros jóvenes. Muchas veces he traído a mis alumnos a las exposiciones de arte y conferencias. Les abre un mundo nuevo, los inspira. Además, el parque es un lugar hermoso para seguir reflexionando después de una buena función de teatro o una charla interesante”, dijo.
Un espacio para el futuro
A medida que la ciudad crece, la importancia de estos lugares se hace aún más evidente. Mantenerlos vivos y activos es una responsabilidad compartida, porque en cada exposición, en cada poema leído en voz alta y en cada nota musical que resuena en el ágora, se fortalece la identidad de Chiapas y se construye un futuro donde la cultura sigue siendo el corazón de la comunidad.
Junto al parque, que son más que simples infraestructuras, representan el alma cultural de Tuxtla Gutiérrez. Son espacios donde la historia y la modernidad se encuentran, donde los ciudadanos pueden soñar, aprender y expresarse libremente.