César Andrés, un joven que conquistó su discapacidad

Es discapacidad, ceguera, no hay que llamarle de otra forma. Así con total seguridad se expresa César, de 17 años de edad, sobre el padecimiento que le detectaron a los cinco meses de edad, el cual no ha sido impedimento alguno para ser un destacado atleta, estudiante, ponente, practicante de piano y sobre todo, un ejemplo de superación.

Una cruda realidad

Gamaliel Cruz Pérez, de 49 de años, es padre de César Andrés Cruz Palacios, quien relata que cuando su hijo tenía apenas cinco meses de edad, observó que no seguía con la vista los objetos o a sus propios padres.

“Desde ese día nos dimos cuenta que había algo anormal, y por ello buscamos el diagnóstico de un especialista. Detectaron que padecía ceguera total”, expresó.

Este diagnóstico fue un golpe anímico muy duro para sus padres, quienes se cuestionaron sobre el futuro del pequeño César, “sobre todo para mi esposa, que ella al llevarlo nueve meses en su vientre esperaba que naciera sin ningún problema de salud, menos con una discapacidad. Después nos dimos cuenta que es algo maravilloso, que lleva una vida normal”.

Los padres de César se preocuparon por su educación, desde bebé lo integraron a un Centro de Atención Múltiple, luego ingresó al kínder, la primaria, secundaria y preparatoria, aunque ello ha representado un verdadero desafío para el joven talentoso.

Caer y levantarse, no hay opción

A muy corta edad César tuvo conciencia que quería hacer algo por su vida. Desde los cinco años comenzó a instruirse para aprender a leer y escribir en braille, en el que se ha vuelto un verdadero experto usando la regleta, puntero, el abecedario, la caja matemática, el ábaco, la máquina Perkins y otras herramientas de trabajo

“El inicio fue complicado, pero fui aprendiendo, me llevó cerca de tres años dominar las herramientas y la tecnología también ayuda; ahora hay programas que verbalizan los textos, son de gran apoyo”, expresó.

A sus 17 años obtuvo la oportunidad de integrarse a un trabajo en el Poder Judicial, en donde se encuentra transcribiendo al braille la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

“Me siento muy emocionado de representar a todas estas personas con alguna discapacidad en la casa de la justicia, ser un parteaguas en este gran proyecto de la transcripción de la Constitución; es algo difícil pero me siento muy contento, muy capaz. Una hoja de un libro se hacen hasta 10 en braille, sé que es complicado pero lo lograré con constancia y disciplina, quizá en seis meses lleve la mitad”.

Recuerda con mucha emoción el primer texto que pudo leer en el sistema braille, era sobre la importancia del ejercicio en la salud. El primer texto que pudo copiar en este sistema fue un pequeño libro de educación artística.

Reconoce el gran papel que han realizado sus padres para su preparación académica, física e intelectual, aunado al apoyo de sus compañeros, así como maestros que en el nivel primaria se sintió siempre incluido, estimado, respetado.

Lamentablemente no todo fue así: en la secundaria sufrió en carne propia los golpes, exclusión, agresiones, el bullying que le hizo en algún momento preguntarse el por qué de esa conducta de otros jóvenes de su edad, a tal grado que estuvo a punto de sufrir una fractura en la pierna.

Ese fue el comienzo de una reflexión profunda en su ser, proyectado que no quería quedarse en ese punto, tampoco pensó en temas como el suicido, como ocurre en otros jóvenes al estar en este panorama similar.

Fue así que redobló esfuerzos, empezó a luchar hasta lograr el Premio Estatal de la Juventud en Discapacidad e Inclusión Social, por su incansable labor para motivar a los jóvenes que piensan en el suicido, contrarrestar la deserción escolar y violencia en el hogar; ha luchado incansable por el derecho de las personas con discapacidad.

Aparte del Premio Estatal de la Juventud, es tres veces medallista de plata en la disciplina de atletismo en 100 y 200 metros, ha sido diputado parlamentario y presentado una iniciativa para que esta población pueda acceder a lectores de pantalla de forma gratuita.

En este 2023 irá a competir a Chile en atletismo representando al país; nada lo ha detenido ni detendrá en sus objetivos personales y profesionales.

Refiere que en su trabajo en el Poder Judicial se ha sentido feliz por tener la oportunidad de demostrar su capacidad. Sin dificultad alguna ingresa al edificio, sube las escaleras, abre las puertas llega a su lugar de trabajo, escucha en su computadora y transcribe a una velocidad impresionante.

“No tengo la vista, lo sé, pero tengo mis otros sentidos, siento a las personas, puedo en mi mente visualizar las paredes, las percibo; el sol, la noche la percibo, me he adaptado al entorno, no espero que el entorno se adapte a mi problema. Eso aprendí cuando estaba tirado en el suelo por el bullying, que nadie me iba a levantar, que tenía que hacerlo solo, si me caigo me vuelvo a levantar”, expresó.

Como todo joven tiene sueños, ilusiones y continuará luchando por ellos, pues la oscuridad de sus ojos jamás ha representado un impedimento para lograrlo, “si tengo que intentarlo mil veces lo haré, ese es uno de mis objetivos, que otros jóvenes se motiven a salir adelante”.