Dos jóvenes chiapanecos inventores ganaron el primer lugar en el Foro Internacional de Ciencia e Ingeniería, categoría Supranivel, en Chile, con un prototipo inventado por ellos que automatiza la terapia de contraste (agua fría y caliente), acorta el tiempo de la recuperación y no existe en ningún hospital, actualmente, de todo el país.
Ahora, van a la Expo Ciencias Internacional a celebrarse en Fortaleza, Brasil, en 2016, representando a México y con todas las posibilidades de volver a ganar.
Arturo Espinoza Jiménez y Paulina García Moreno son dos jóvenes estudiantes de la carrera de Ingeniería Biomédica de la Universidad Politécnica de Chiapas (UPCh) que, primero, ganaron la Expo Ciencias Chiapas 2014, en noviembre, donde su proyecto fue el mejor evaluado y ello les valió un pase directo al encuentro internacional en Santiago de Chile, que se celebró en agosto pasado.
El prototipo que desarrollaron se concentra en automatizar una terapia física de contraste, que ya existe, pero que no lo hacía una máquina de forma autónoma: el remedio de cambiar lienzos de agua fría y agua caliente sobre, por ejemplo, la rodilla de un paciente, lo hace ahora de forma controlada, de calidad, en menor tiempo y a la temperatura adecuada, una máquina.
Este invento, incluso lo probaron cuatro meses en el Centro de Rehabilitación de Grupos Vulnerables del DIF, con pacientes reales y excelentes resultados, sobre todo porque en México no existe un invento con estas características.
Con el desarrollo de este invento chiapaneco los pacientes que requieren la terapia de contraste, se recuperan más rápido, la vuelve menos tediosa, la temperatura es controlada, estable y con mejores resultados, además se puede atender a muchos pacientes sin la presencia de enfermeras o personal médico al pendiente de cada caso.
Arturo Espinoza Jiménez y Paulina García Moreno pensaron en los deportistas de alto rendimiento que necesiten la terapia de contrastes cuando se lesionan, pero puede ser utilizado por cualquier tipo de personas: ancianos, adultos, niños, que requieran este tipo de procedimiento, básicamente de calor y frío, para contraer tejidos de los músculos y acelerar, mediante contracciones, la recuperación física.
Los inventores chiapanecos dicen que llegarán a la Expo Ciencias Internacional en Fortaleza, Brasil, el próximo año, con el prototipo biomédico modificado, a fin de que vaya más completo y preciso, que pueda tener en un par de controles, la función que se requiera de acuerdo con el diagnóstico médico.
El registro
Arturo Espinoza Jiménez y Paulina García Moreno señalaron que iniciaron ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) el registro de su creación, aunque reconocieron que es un trámite largo y costoso, pero que la oportunidad está en que no existe un invento igual en el país.
El campo de aplicación de este prototipo está en clínicas y hospitales donde se ofrecen hoy en día, terapias de contraste de forma “manual”, que podría revolucionar la atención de muchos pacientes al mismo tiempo y que permitiría crear nuevos complementos que perfeccionen la técnica.
El trámite requiere un pago de unos 50 mil pesos iniciales y una espera de por lo menos seis meses, para que la revisión indique que es único, que puede producirse en serie, que cumple las normas en materia sanitaria y hospitalaria y que, efectivamente, es un invento en sí mismo.
El 2016
Arturo Espinoza Jiménez y Paulina García Moreno, además, son novios. Presentaron el proyecto como el trabajo final que su asesor, el doctor Alexander Arroyo Núñez, les pidió para el final de la carrera.
Hicieron su estudio de mercado en el DIF y descubrieron que una terapia de contraste de agua fría y agua caliente, se podría hacer con una máquina, controlada con un software inteligente, que su insumo básico es agua y que el lienzo debería generar las mismas condiciones que permiten la recuperación: efectividad y rapidez.
Están preparando las modificaciones al prototipo, de unos 40 centímetros de alto y otros 40 centímetros de ancho, un artefacto móvil para llevar con su agarradera, colgar, programar y comenzar con la terapia para el enfermo, incluso, en su casa, para facilitar el tratamiento.
Ambos consideran que llegarán a Brasil con muchas posibilidades de ganar el certamen internacional y poner a Chiapas y a México como un ejemplo “de esos que generan orgullo”.
Saben que van a necesitar por lo menos unos 150 mil pesos para sufragar los gastos mínimos básicos del viaje y otros 100 mil pesos en insumos para las modificaciones.
Actualmente están por presentarles sus diplomas de participantes mejor evaluados en Chile (frente a todos los países de Sudamérica que participaron), las medallas de primer lugar que los acreditan y el pase directo al siguiente nivel en Brasil. El rector de la UPCh, Navor Francisco Ballinas Morales, ha confirmado que estos inventores chiapanecos van a contar con todo el apoyo económico de la institución para seguir en este trayecto de logros, éxitos y orgullo para Chiapas y para México.