Las investigaciones que realizó un grupo de personas, de distintas dependencias gubernamentales, asociaciones, instituciones de educación superior y de financiamiento, dieron como resultado el hallazgo de una nueva especie endémica en Chiapas, se trata del “dragoncito de Sierra Morena”, reptil que solo se encuentra en la reserva natural de La Sepultura, en el bosque de montaña.
Adam G. Clause, investigador posdoctoral en el Natural History Museum of Los Angeles County, Estados Unidos, comentó que el primer muestreo científico fue en el año 2017, sobre la Sierra Madre de Chiapas, particularmente en el municipio de Villa Corzo.
Los datos analizados muestran que la especie es exclusiva del ejido Sierra Morena (por eso le pusieron ese nombre al dragoncito); dentro de sus características destacan que tiene bandas transversales, generalmente estrechas, se le suma una barra oscura que esta presente en el cuello, ausencia de cuernillos (que tienen otros ejemplares de Abronia) y el pliegue lateral esta ausente en el cuello.
Contexto
En Chiapas se tienen confirmadas 225 especies de reptiles; sin embargo, existen pocos estudios para conocer todo el comportamiento y la forma de vida de los ejemplares; en la parte del género de Abronia se conocen 29 variedades entre México, Guatemala, Honduras y El Salavdor. Con la que se encontró, cuyo nombre científico será de Abronia Morenica, suman 30.
El “dragoncito de Sierra Morena” se localizó a más de mil 500 metros de altitud, en árboles con una altura promedio de 15 metros. Durante el monitoreo, los investigadores encontraron a ocho ejemplares, pero atraparon a siete de ellos, los cuales se encuentran en la categoría de peligro de extinción.
Alarma
Dentro de las amenazas halladas aparece, en primer lugar, el cambio climático, le sigue la deforestación y el tráfico ilegal de la especie; afortunadamente, dijo el investigador Clause, el bosque (donde estaban los ejemplares) esta bien conservado.
Aunque faltan por determinar nuevos datos, se adelantó que dicha especie se alimenta de insectos, arañas y otros invertebrados; el “dragoncito de Sierra Morena” no pone huevos, su ciclo de reproducción se da en los meses de julio a septiembre y las crías nacen entre el mes de abril y mayo. Con la cola completa, en su etapa adulta, llegan a medir hasta 25 centímetros.
En los bosques mesófilos de montaña se encontraron ocho ejemplares pero los investigadores capturaron siete; se trata de cinco adultos, una cría y un juvenil, todos machos. Lamentable, ya que se trata de una especie que podría ser buscada en el mercado negro, por lo que el trabajo con los comuneros es fundamental para la preservación.
Sierra Morena es un ejido que realiza la actividad de ecoturismo como una forma de generar ingresos y sustento familiar; se han dedicado a cuidar el medio ambiente y, en los últimos años, se han encontrado en la zona ejemplares de jaguares, tapir y quetzales; desde hace cuatro décadas no han tenido problemas con los incendios forestales.
Finalmente, Clause relató que tienen otro proyecto de investigación en puerta, para estudiar una especie de nauyaca, una víbora que también se encuentra en peligro de extinción y que se ha visto en La Sepultura.